jueves, 30 de octubre de 2008

La Colonia Británica en Perú



Durante el siglo XIX y desde los albores de la independencia (y participando activamente en ella) un número importante de británicos se establecieron en América del Sur. Podríamos dividir en dos periodos el asentamiento de británicos en Perú:

El primer periodo (1821-1824) correspondería a las luchas de la independencia en donde se enrolaron en las filas de San Martín y Bolívar numerosos oficiales británicos, como el vice almirante Martín Jorge Guise, natural de Highoasis Court (Gloucestershire), el general William Miller quien participó en la batalla de Tarata en 1823 y en la batalla de Ayacucho en 1824; el capitán Federico Elmore y el general Juan O'Brien (irlandés). En este periodo los británicos que se asentaron en Perú básicamente eran militares veteranos de las luchas de la Independencia, como Martin Guise quien en 1827 contrajo matrimonio con Juana María del Valle y Riestra.

El segundo periodo (1825 en adelante) correspondería a la consolidación de la República y al auge de la economía nacional basada en la explotación del guano primero, y luego de los nitratos del sur hasta el final de la guerra del Pacífico. De acuerdo al Calendario y Guía de Forasteros de 1834, el Cónsul General de S.M.B. era Belford Hinton Wilson, Udny Passmore era el Cónsul en Arequipa y Jorge Sealy vice-cónsul en Lima y puerto del Callao.

En ese lapso de tiempo los británicos asentados en el Perú fueron básicamente ejecutivos o empleados de las casas comerciales inglesas, establecidas en el periodo anterior. Las firmas comerciales más importantes eran la Casa Gibbs (1820); Hull, Grunning y Co. (1820), y la Pacific Steam Navigation Company (1839). La concentración de los británicos en el país se hallaba reducida a localidades de la costa, como Lima, el Callao, la costa norte y Tarapacá. Prueba de ello es el Censo General de la República del Perú de 1876, en donde se encuentran registrados un total de 3379 ingleses, de los cuales 475 se hallaban en Lima, 507 en Lambayeque 431 en Tarapacá y 1104 en el Callao. Para 1871 se tiene registrada la aparición del "Callao and Lima Gazzette", periódico redactado en inglés. Asimismo, se fundan instituciones de esparcimiento y vida social de la colonia inglesa, como en English Rifle Club en 1864 y el Callao Club en 1867, dedicado entre otras actividades, a la práctica de los deportes de cricket y fútbol.

Es importante señalar que la composición de la colonia británica estaba dada prácticamente en su totalidad por empleados de las casas comerciales antes señaladas, los cuales en muchos casos regresaban al Reino Unido luego de laborar por temporadas en Perú. Existían también inmigrantes ingleses espontáneos pero los planes de una inmigración inglesa organizada por el Estado fueron frustros, pese a que la Sociedad de Inmigración Europea fundada en 1872 durante el gobierno de Pardo incluía un comité para inmigrantes del Reino Unido, esto debido a que en el Reino Unido no primaban los factores de expulsión como hambrunas o guerras civiles a diferencia de otros países europeos; así como al factor religioso protestante, diferente a la religión oficial del Perú, la católica, lo que impedía la sepultura de protestantes en el Cementerio Católico (Presbítero Matías Maestro) de Lima. De tal modo que en 1834 se inicia la construcción del Cementerio Británico de Bellavista, en donde se podían enterrar libremente personas de confesión protestante, tanto británicos como alemanes, polacos y norteamericanos, entre otros.

Las firmas comerciales inglesas para fines del siglo XIX (ya sin el negocio de la consignación del guano) eran muy importantes y si bien numéricamente eran menos que las de otras nacionalidades, el rubro de conceptos que abarcaban y los montos que facturaban anualmente eran muy altos. Entre ellas podemos citar a E. Haines y Co., Hague y Castagnini, Mayer y Schroeder, Graham Rowe y Co., Duncan Fox, Milne Campbell, Crosby y Cía entre otras, dedicadas al comercio de abarrotes, ferretería, farmacía, muebles y enseres domésticos.

Entre los personajes notables de la colonia británica que se establecieron en Perú podemos mencionar a:

* Geraldo Garland Myers, nacido en York en 1811 y fallecido en 1898, casado con Enriqueta von Lotten y Sierra en 1848, en Lima. Se desempeñó como contador destacado a Valparaiso en 1828 y luego pasa al Perú estableciéndose en Arequipa para trabajar en la Casa Gibbs, Crawley & Co.; fue nombrado Gerente de dicha casa en 1842. Posteriormente sus descendientes adquieren propiedades agrícolas en el norte del país.

* Francisco Bryce Weddle, nacido en Edimburgo, Escocia, casado en 1854 con Clementina López-Aldana Larriva, tuvo negocios muy prósperos como consignatario del guano y posteriormente se relacionó con los hermanos Grace (irlandeses).

* Enrique Swayne Wallace (Dysart, Escocia, 1800 - Lima, 1877). Empresario y propietario de haciendas azucarera y algodoneras en el valle de Cañete y Nepeña, en 1860 compra la hacienda San Jacinto y crea las bases de modernización de la industria azucarera en la región al comprar maquinaria como complemento de los trapiches de caña tirados por bueyes y conectando sus haciendas con tranvías; se casó con Lucía Virginia Mariátegui y Palacio (1852). Entre sus hijos estuvo Enrique Swayne y Mariátegui, quien fue Presidente de la Sociedad Filarmónica de Lima en 1915.

* Juan Patricio Gallagher O'Connor nació en Escocia en 1801 y falleció en Lima el 29 de septiembre de 1871 (algunos documentos señalan que era irlandés). Se casó con Isabel Gibbs-Robertson en Arequipa, fue médico y trabajó en el Hospital de Bellavista y en la Facultad de Medicina de San Fernando. Tuvo participación en contratos oficiales con la República, el 11 de noviembre de 1850 el Gobierno contrató a Juan Gallagher para que proveyese a la ciudad del Callao de agua para consumo de población y de los buques en la bahía, la cual traería de sus haciendas, contrato que fue anulado en 1862 debido al incumplimiento de la provisión de agua también tuvo una participación en la licitación de la construcción del ferrocarril de Lima-Chorrillos en 1856 (perdió la licitación por presentar su propuesta fuera de fecha). Tuvo como hijo a Juan Patricio Gallagher Robertson y como nieto a Juan Patricio Gallagher Canaval, entre otros, fundadores de la hípica en el Perú.

Un caso particular representa John Hoyle Hoyle, nacido en Lancashire, Inglaterra en 1800 y fallecido en Trujillo, La Libertad en 1865. Luego de fallecer su padre parte a América, llegando a Nueva York en 1824, estableciéndose espontáneamente en la ciudad de Trujillo, La Libertad dedicándose al comercio y a la agricultura. Logra una próspera fortuna y se casa en 1832 con Josefa Moreno y Gutiérrez, siendo sus padrinos de matrimonio el general José Luis de Orbegoso (futuro presidente del Perú) y María Luisa de Olivera. Dentro de sus descendientes se cuenta un arquólogo de renombre que dejaría un legado cultural inmenso al país, Rafael Larco Hoyle, fallecido en 1966, quien investigó las culturas precolombinas Chimú, Mochica, Virú, Chavín, entre otros.

Otro caso particular es el de Guillermo Cox, súbdito británico Encargado de Negocios en el Perú, quien en 1841 solicita la derogatoria de un decreto que prohibía el matrimonio de extranjeros con peruanas sin su previa inscripción en el registro cívico, a fin de casarse con Manuela Doray. Fruto de dicha unión nacería Cecilio Cox, quien durante la Guerra del Pacífico fue alcalde de Trujillo, La Libertad, y salvó la ciudad y el valle de Chicama junto con Luis Albrecht (alemán) y otras personalidades mediante el pago de fuertes sumas de dinero, del saqueo por parte de las tropas chilenas al mando de Patricio Lynch.

Como corolario no puedo dejar de mencionar que en el siglo XX, el 16 de marzo de 1937, se funda la Asociación Cultural Peruano Británica (Británico), instituto de enseñanza del idioma inglés en el Perú. En su local del Malecón Balta funciona el Teatro Británico y la Galería John Harriman, locales de amplia difusión cultural.








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(1) Brenda Harriman. Inmigración Inglesa. En: La Presencia Europea en el Perú. Giovanni Bonfiglio, Fondo Editorial del Congreso del Perú, 2001.
(2) Felipe A. Barreda, "Los Garland", en "Revista del Instituto Peruano de Investigaciones Genealógicas", N° 6 (1953).
(3) Perú. Dirección de Estadística. Censo General de la República del Perú. 1876
(4) Museo Larco: http://www.museolarco.org/biografia.shtml
(5) Margarita Guerra: La ocupación de Lima (1881-1883). Aspectos Económicos. Fondo Editorial de la Pontificia Universidad Católica del Perú, 1996.
(6) Gibert Chauny de Porturas-Hoyle: Los Hoyle de Trujillo del Perú. En: "Revista del Instituto Peruano de Investigaciones Genealógicas" Nº 18 (1991).
(7) Colección de Leyes, Decretos y Ordenes publicadas en el Perú desde el año de 1821 hasta el 31 de diciembre de 1859. Dr. Juan Oviedo. Editor Felipe Bailly, 1861.
* Fotografía del General William Miller, héroe de la Independencia del Perú y de América.

miércoles, 29 de octubre de 2008

Tacna y los Inmigrantes Italianos



Creo que no puedo dejar de postear sobre la inmigración italiana al Perú en el siglo XIX sin dejar de mencionar a la numerosa colonia italiana asentada en Tacna.

La ciudad de Tacna era un importante centro de actividad económica y que constituía junto con la ciudad de Arica un importante eje comercial. Los italianos que se asentaron en Tacna eran en su mayoría ligures, procedentes de Génova, Imperia y La Spezia y existen registros de muchos negocios de su propiedad desde mediados del siglo XIX. Una de sus más importantes actividades fue la vitivinícola, estableciendo bodegas de propiedad de las familias Gianelli, Cuneo y Bartesaghi. Asimismo, introducieron su peculiar gastronomía en la forma de ravioles, ñoquis, el caldo menestrone, fideos al pesto y el tradicional panetón genovés, hallándose insertados en la comunidad tacneña de fines del siglo XIX.

En 1867 se agruparon en la Societa di Beneficenza Italiana y en 1889 fundaron la Societa Italiana di Mutuo Socorso. Fueron integrantes de dichas asociaciones Giuseppe Vaccaro (1867); Giuseppe Palmieri (1875); Pietro Bolla (1875) y Giuseppe Gnecco (1875), posteriormente se integraron Giovanni Cavagnaro, Cesare Cuneo, Santo Lombardi, Angelo Bollo, Carlo Bacigalupo, Mosé Banchero, Vincenzo Noziglia, Andrea Laneri, Dante Castagnola, Federico Rubattino, Fortunato Rimassa, Giulio Muzzo, Alessandro Badoino, Luca Descalzi, Giuseppe Giglio, Nicolo Ghersi, Giovanni Raffo, Giacomo Solari, Giovanni Rochetti, Giacomo Canessa, Giuseppe Penna, Carlo Patrosso, Giovanni Delucchi, entre otros, constituyéndose Tacna con el paso de las años en la ciudad sede de la segunda colonia más numerosa del Perú.

Eran tiempos prósperos para la colonia hasta que llegaron los días de la Guerra del Pacífico. Es así que en 1880, tras la toma de la ciudad de Tacna por las fuerzas chilenas, fueron agredidos numerosos italianos como Rafael Rossi, Juan Gabba y Tomás Machiavello, entre otros y saqueadas sus pulperías y negocios; lo que motivó la reclamación airada de la representación consular italiana (establecida en 1870) ante las autoridades chilenas. Cabe mencionar que Juan Gabba fue un constructor de renombre que cambió la fisonomía de la ciudad de Tacna construyendo casonas y ranchos impresionantes.

Ante la agresión de las tropas chilenas con los ciudadanos tacneños en general y con los italianos asentados en ella en particular, la casa del Agente Consular de Italia en Tacna, Giovanni Raffo luego de la Batalla del alto de la alianza (26 de mayo de 1880) se constituyó en un espacio en donde se refugiaron cerca de 500 personas, dicha casa fue intervenida por el Ejército Chileno con el pretexto de buscar soldados peruanos, motivando una nota de protesta conjunta del cuerpo diplomático italiano en el Perú con fecha de 30 de mayo de 1880 y que Giovanni Viviani (Cónsul General de Italia en el Perú) solicite a su país el envío de buques de guerra que pudiesen servir de defensa y refugio a la comunidad italiana en el Perú, enviando el Gobierno Italiano tres naves de guerra menores las cuales decepcionaron a la colonia que estaba esperanzada en el envío de por lo menos un poderoso buque de guerra.

Posterior a la Guerra del Pacífico, la colonia italiana en Tacna mantuvo una participación mercantil y empresarial en dicha ciudad, la cual se afianzó ya entrado el siglo XX, fundando en la década de los 30's el Colegio Italiano Santa Ana y teniendo entre sus personajes destacados el ítalo-peruano Luis Banchero Rossi (nacido en Tacna en 1929 y fallecido en Chaclacayo en 1972) quien incursionó en la exportación y producción de harina y aceite de pescado e impulsó de la industria pesquera. En la actualidad, aun pueden verse numerosos de sus descendientes en la ciudad, manteniendo negocios de comida, de vinos y de comercio.





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(1) Flor de María Valdéz Arroyo. Las relaciones entre el Perú e Italia (1821-2002). Fondo Editorial de la Pontificia Universidad Católica del Perú 2004.
(2) Luis Banchero Rossi, disponible en http://es.wikipedia.org/wiki/Luis_Banchero_Rossi
(3) Freddy Gambetta: Apuntes para un estudio sobre la presencia de los italianos en Tacna-Perú. Disponible en http://www.peruan-ita.org/personaggi/gambetta/astudiosutacna.htm
(4) Freddy Gambetta: Presencia italiana en Tacna. Disponible en http://www.peruan-ita.org/personaggi/gambetta/tacna-a1.htm
* Fotografía de Peter van der Krogt's postcards of Columbus Monuments: Plaza de Armas de Tacna (sin fecha), disponible en http://www.krogtweb.nl/columbus/watermerk/SouthAmerica/tacna_02.jpg

sábado, 25 de octubre de 2008

Calle Capón y el valle de Chanchamayo.





La Calle del Capón y el Barrio Chino

La calle del Capón (capón: dicho de un hombre o de un animal castrado, según la Real Academia Española de la Lengua) era conocida con ésta denominación desde la época colonial (actualmente es el Jirón Ucayali). Y en la época republicana, se ordenó la construcción de un Mercado Central a la altura de su cuadra séptima. Con estos antecedentes, pasamos a contar la historia.

Es en esta calle en donde comenzaron a agruparse los primeros coolíes libres de contrato, como inquilinos de las casas circundantes. En mayo de 1859 (cuando ya había pasado una década de la llegada de los primeros coolíes y también había pasado 5 años desde que se vencieran los primeros contratos que fueron por 5 años, luego se extenderían a 8) existe un reporte del diario "El Comercio" el cual describe una reunión de aproximadamente 300 coolíes quienes celebraban una ceremonia de culto Fok o un negocio, sumado al consumo de opio. Y no era casualidad la concentración de los asiáticos en dicha calle, puesto que la actividad que desarrollaron mayormente al encontrarse libres de contrato fue la actividad comercial y qué mejor para ello que establecerse en las inmediaciones del Mercado Central.

Inicialmente, la colonia china era mal vista y numerosos artículos periodísticos así lo demuestran, se les consideraba en su conjunto como viciosos del opio, aficionados a los juegos de azar, amén de politeístas y de costumbres sexuales discutidas. Sin embargo, poco a poco y con mucho trabajo, la colonia china comenzó a formar comerciantes adinerados, atrayendo la atención del Gobierno Imperial Chino quien a fines de la Guerra del Pacífico (1883) envía un comisionado desde California (ciudad donde la colonia china era muy numerosa) para averiguar las condiciones de vida de los chinos en Lima, dicho comisionado fue bien recibido por las autoridades peruanas y destinó dinero para el mejoramiento de la salud de los chinos residentes en Lima y la construcción de un cementerio para ellos.

Con el tiempo, luego de una demolición parcial de la calle en 1909, la colonia china fue siendo más y mejor reconocida, de tal modo que en la actualidad existen muchas casas comerciales en la calle Capón (la cual junto con sus inmediaciones se conoce como "Barrio Chino") como Tay Loy, y también una afamada cadena comercial con múltipes sucursales como E. Wong. A fines de la decada de 1990, se remodeló el Barrio Chino y se erigió el Arco y el Paseo Empedrado que se visualizan en las fotografías que preceden el artículo, constituyendo un atractivo turístico más de la Ciudad de Lima.



El Valle de Chanchamayo

Desde 1742, época en que las misiones españolas establecidas en el valle de Chanchamayo, en la ceja de selva peruana, fueron expulsadas por la rebelión indígena de Juan Santos Atahualpa; la región no había sido nuevamente asumida bajo control estatal. Y con la llegada de la República, se trazaron planes para modificar esta situación, edificándose el Fuerte de San Ramón en 1847. La región, aislada geográficamente y rodeada de indígenas parcialmente contactados (denominados "chunchos") hostiles a la presencia del Estado, era un escenario difícil, en donde muchos coolíes chinos fugados de las haciendas o ya libres del contrato que los trajo al Perú, establecieron sus domicilios y se dedicaron a labores agrícolas. En 1862, la hacienda de Santiago Gray fue atacada por los indígenas y fueron muertos numerosos coolíes chinos. Para 1868, ya se contaban chinos entre los fundadores del pueblo de San Ramón, como Luis Guerra, Feliciano Yep, Antonio Sánchez entre otros.

Para 1870, dada la agitación persistente en la región, no hubo muchos trabadores peruanos que se animen a trabajar allí, estableciéndose más trabajadores chinos libres quienes formaron sociedad y se dedicaron al trabajo agrícola, obteniendo una relativa independencia y una buena reputación, lo cual no ocurría con los chinos en la Costa o Lima, siendo considerados como personas muy laboriosas, desempeñándose como jornaleros, arrieros, fonderos y guías. Es necesario mencionar en ocubre de 1874 se denunció en las páginas del diario El Comercio que en la Hacienda Naranjal, propiedad de A. Aráoz, se produjeron abusos contra los coolíes chinos que allí trabajaban, constituyendo un caso aislado en la región en donde la situación de los chinos era en su mayoria favorable.

Para 1876 ya se hallaban establecidos en La Merced y se convirtieron en propietarios de lotes, los asiáticos Manuel Pérez, José Benavidez y Luis Guerra, siendo éste último benefactor de la colonia china de Chanchamayo al organizar en 1881 una colecta en pro de compatriotas que habían perdido sus posesiones por un aluvión y donar terrenos para la formación de la Sociedad Wua Yen Con Zie, la cual daba trabajo y gestionaba títulos de propiedad a otros colonos chinos.

Para fines de la década de 1880 se forma el pueblo de San Luis de Shuaro, punto de partida de numerosas expediciones al río Pichis, entre sus fundadores se encuentran también numerosos chinos como Juan Chang y Asequi, quienes negociaron con el caucho. Durante dicha época, los cultivos de los chinos incluían arroz, café y tabaco, contribuyendo de esta forma a la inserción económica de una región hasta ese momento no integrada, siendo común ya la figura del chino propietario y próspero en contraposición del chino coolíe de las haciendas de la Costa. La presencia de los colonos chinos era considerada también como facilitadora de la inserción de los colonos europeos (en su mayoría italianos) traídos por la Sociedad de Inmigración Europea, la Peruvian Corporation y M. Kenzie por dichas fechas.

Dicha prosperidad cambiaría a inicios del siglo XX con la llegada de numerosos colonos procedentes de la sierra y más aun con la Reforma Agraria, cuando los títulos de propiedad de las familias chinas dadas a través de la Sociedad Wua Yen Con Zie fueron revocados. Sin embargo, es notoria la presencia en la actualidad de la colonia china en Chanchamayo, caracterizándose sus integrantes por la laboriosidad en los trabajos que desempeñan.







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(1) Humberto Rodríguez Pastor. La Calle del Capón, el Callejón Otaiza y el Barrio Chino. En: Mundos Interiores, Aldo Panfichi, Universidad del Pacífico.
(2) DICCIONARIO DE LA LENGUA ESPAÑOLA - Vigésima segunda edición www.rae.es
(3) Pilar García Jordán y Nuria Salas. La nacionalización de la Amazonía. Uiversitat de Barcelona 1998.
(4) Municipalidad de Chanchamayo http://www.munichanchamayo.gob.pe/res_historica.htm
* Las dos primeras fotografías fueron tomadas de: http://www.barrio-chino.com/, la tercera fotografía corresponde a la Hacienda Naranjal en San Ramón, tomada de la página web de la Municipalidad de San Ramón, disponible en http://www.munisanramon.gob.pe/sanramon-atractivos.htm

domingo, 12 de octubre de 2008

Inmigrantes Polinesios: El caso de los "canacas"



"... ellos diezmaron al indio con los repartimientos y las mitas, ellos importaron al negro para hacerle gemir bajo el látigo de los caporales, ellos devoraron al chino, dándole un puñado de arroz por 10 y hasta 15 horas de trabajo, ellos extrajeron de sus islas al canaca para dejarle morir de nostalgia en los galpones de las haciendas, ellos pretenden introducir hoy al japonés... "
Horas de Lucha, Manuel González Prada


Las líneas que preceden al texto, pertenecientes a uno de los más notables librepensadores peruanos de fines de siglo XIX e inicios del XX, dan una idea general del tema inmigratorio en el país. Visto está que la inmigración organizada de europeos en casi todos los casos fracasó, y en su lugar se atrajo millares de personas en condiciones penosas como el caso de los coolíes y polinesios.

El 18 de febrero de 1862 el comerciante Juan C. Byrne dirige una misiva al gobierno peruano, en donde propone introducir "una clase superior de gente de trabajo". Byrne había estado comisionado entre 1847 y 1850 por el gobierno inglés para la colonización de Natal (Africa), entre 1857 y 1858 por el emperador de Francia para la colonización de Nueva Caledonia en el Pacífico y en 1861 por el rey de Bélgica para colonizar islas del sur del Pacífico. Producto de esta esta experiencia, pretendía haber conocido en las islas del Pacífico Sur un grupo de razas "atléticas y fuertes, de muy buen carácter y fáciles de ser manejadas, de buenas facciones y de 5 pies 9 pulgadas de alto... exentos de los vicios y manías que tanto predominan en los chinos...".

Es analizada su propuesta, concediéndose el permiso a Byrne por 5 años, de introducir trabajadores oriundos de las islas del Sur y Oeste del Pacífico a razón de quinientos individuos el primer año, hasta mi quinientos en los siguientes y hasta el término de la concesión, siendo una cuarta parte mujeres con una contrata de 7 ó 10 años a razón de tres y hasta cinco pesos mensuales, a no traer viejos ni jóvenes menores de 16 años de edad. Asimismo, se estipulaba que J.C Byrne se comprometía a mantener y cuidar con los auxilios del caso, a los trabajadores que traiga hasta el momento de ser contratados en una hacienda. El 1 de abril de 1862 se firma la concesión en los términos señalados, para la introducción de colonos de ambos sexos destinados a los trabajos de la agricultura y al servicio doméstico.

Llegaron a traerse 1 680 polinesios (denominados comúnmente "canacas") quienes eran prácticamente "cazados" en la isla de Rapa Nui (Eastern Island o Isla de Pascua) y se les condujo en las "peores condiciones" a haciendas y chacras del Perú, donde muchos de ellos murieron pronto de enfermedades como la viruela y "pesar y nostalgia". Cabe resaltar que para esas fechas, Rapa Nui no se hallaba estrictamente dentro de la jurisdicción de algún país, ni habían cónsules los cuales verificasen las condiciones de contrata, la cual debía ajustarse a la libre voluntad de los polinesios. Es así que dicha responsabilidad recayó en las autoridades de los puertos adonde llegasen, es decir, en el Prefecto del Callao. Ni bien empezaron a afluir los barcos procedentes de Rapa Nui, las autoridades portuarias advirtieron que los empresarios o sus agentes habían empleado el engaño y fraude e inclusive la violencia para embarcar a los polinesios, abusando de su sencillez.

La situación del comercio de seres humanos llegó a ser tan escandalosa, que los ministros de Hawaii y Francia emitieron sendas notas de protesta, llegándose a prohibir en absoluto este tráfico el 20 de enero de 1863 durante la administración de Diez Canseco.

El estado peruano repatrió a los pocos sobrevivientes en barcos mercantes pagados por el gobierno, rescatando a los polinesios sobrevivientes de sus "propietarios", reuniendo un número de 154, a 50 pesos per capita y terminando así este penoso capítulo de la historia de la inmigración en el Perú.








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(1) Historia de la República del Perú. Jorge Basadre Grohmann. Editorial El Comercio.
(2) Horas de Lucha, Manuel González Prada, 1908.
(3) Memoria que el Ministro de Gobierno, Policía y Obras Públicas presente al Congreso Nacional de 1862. Imprenta de la Epoca, 1862.
(4) Memoria que presenta el Ministro de Estado en el Departamento de Gobierno, Policía y Obras Públicas al Congreso Nacional de 1864. Imprenta del Gobierno, Eusebio Aranda 1864.
* Fotografía perteneciente a la referencia (1)

sábado, 11 de octubre de 2008

Inmigración Irlandesa en el Perú: Grace y O'Higgins


W.R. Grace

Dada la ley de 1849 y al amparo de ésta, se introdujeron desde febrero de 1850 hasta julio de 1853, 3932 colonos, de acuerdo a la memoria presentada por el Ministro José Manuel Tirado, con la siguiente composición: 2516 chinos, 1096 alemanes y 320 irlandeses.

Es necesario mencionar que por esas épocas Irlanda era un país muy pobre, con una alta incidencia de enfermedades infecciosas y un consumo muy alto de papa, calculándose que en la década de 1840, un irlandés adulto consumía entre 5 y 6 kgs de papa al día. Para 1841, una plaga que arrasó los campos irlandeses cultivados de papa generó una hambruna terrible que causó la muerte de cerca de millón de personas y la emigración de otras ocho millones a Estados Unidos. En ese contexto llegan a nuestras costas los 320 irlandeses mencionados, contratados por Juan Gallagher (médico escocés del antiguo hospital de Bellavista) para laborar en sus haciendas La Legua, Villegas y Valverde del Callao.

Esta inmigración llegó en 1851 y no prosperó al no encontrar las condiciones adecuadas para desarrollar sus labores e incluso tuvieron que mendigar por las calles de Lima. La mayoría de los llegados al Perú partió rumbo a Australia, o se embarcaron como marineros en naves mercantes, quedándose en el país algunos como William Russell Grace (nacido el 10 de mayo de 1832 en Ballylinan, Irlanda) quien era hijo de uno de los organizadores del viaje, James Grace.

W. Grace inicia entonces una carrera comercial ascendente, al inicio en 1850 con la firma inglesa dirigida por John Bryce abastecedora de los barcos que llegaban al Perú para llevar guano (cuyo auge empezaba a darse por esos días). Dado el talento desplegado por William Grace, en poco tiempo pasó de ser empleado a socio de la compañía, cambiando la razón social a Bryce, Grace & Co. y trayendo a su hermano Miguel Grace de Irlanda a participar de los negocios. Al retirarse de la vida mercantil John Bryce, W. Grace asumió la totalidad del negocio, llegando a viajar a Nueva York en 1862, dejando a su hermano a cargo del negocio en el Callao y adquiriendo veleros de transporte para la navegación entre N. York, Callao y San Francisco. W. Grace adoptó la nacionalidad estadounidense y llegó a ser alcalde de N. York en dos oportunidades.

En 1859, Eduardo Cullen de nacionalidad inglesa, propone a la delegación peruana en Bogotá la introducción de 25 000 irlandeses, los que vendrían al Perú con el pasaje pagado y la promesa de adquirir tierras baldías por encima de los 4000 m de altura para su cultivo. Dicha propuesta fue aceptada por el gobierno peruano el 27 de agosto de 1859, sin embargo nunca se llevó a término por el fracaso de la expedición anterior. Esto fue el fin de la inmigración (o intento de) irlandesa en nuestras costas en el siglo XIX. En 1919 el gobierno de Leguía logró traer alrededor de 100 irlandeses los cuales también se regresaron a su país al no encontrar oportunidad laboral alguna.


Bernardo O'Higgins Riquelme

Un caso particular fue el de Bernardo O´Higgins Riquelme(nacido en Chillán, Chile el 20 de agosto de 1778), quien en sentido estricto no era irlandés, sino hijo ilegítimo del irlandés Ambrosio Bernard O´Higgins (nacido en Ballenary, Irlanda en 1720), a la sazón gobernador de Chile al servicio de la corona española.

Ambrosio O'Higgins descendía de una familia poseedora de tierras en Irlanda, pero que tuvo que abandonar por sucesivas disputas religiosas debido a su catolicismo, llegando a Cádiz en 1751. A la postre en 1788 fue nombrado gobernador de Chile y entre 1796 y 1801 Virrey del Perú, quien ordenó la construcción del camino de Lima al Callao y lo inaugura el 6 de enero de 1800.

Bernardo O'Higgins nunca fue reconocido por su padre, estudia en un inicio en un colegio de naturales en Chillán aprendiendo a hablar "mapundungún" (el idioma mapuche), luego viaja a Lima, Cádiz y al Colegio de Richmond en Londres, donde completa sus estudios, bajo la tutela del Conde de Maule. En Inglaterra conoce al venezolano Francisco Miranda, con quien se inicia en las ideas emancipadoras e independentistas.

Regresa a Chile en 1802, participa activamente en el Cabildo del 18 de septiembre de 1810 y en la Junta de Gobierno. Participó en la batalla de Linares y el sitio de Chillán, con resultado adverso frente a las tropas realistas en éste último acto. Es herido el 17 de octubre de 1813 en la batalla del valle El Roble, siendo reconocido su heroísmo por José Miguel Carrera, a la sazón patriota prominente de Chile. El 2 de octubre de 1814, O'Higgins escapa del desastre de Rancagua, abriéndose paso con sus hombres a la carga entre las tropas realistas. Marcha a Argentina y a las órdenes de San Martín derrota a los realistas el 12 de febrero de 1817 en Chacabuco y el 2 de febrero de 1818 firma en Talca el acta de Independencia de Chile. Sufre un revés por los realistas el 19 de marzo de 1818 en Cancha Rayada y finalmente el 5 de abril derrota a los realistas en Maipú.

Es nombrado Director Supremo de Chile, renunciando al cargo en 1823 para evitar una guerra civil con sus opositores y se radica en Perú, en donde en mérito a su participación en la Independencia se le entrega la Hacienda de Cuiva y la Hacienda Montalván, ambas ubicadas en Cañete y se dedica a la agricultura. Fallece el 24 de octubre de 1842 en Lima, siendo sus restos repatriados en 1869 a Chile. Sus descendientes vivieron y nacieron en Perú, de tal modo que en la actualidad todos los O'Higgins sudamericanos son peruanos de nacimiento.


NOTA: Revisando un artículo del profesor Teodoro Hampe, he encontrado un anexo con datos parroquiales de europeos residentes en la Lima del siglo XIX, allí se mencionan a los siguientes ciudadanos irlandeses asentados en Lima: Patricio Guillermo Kelly (1827), Tomás Conroy (1827), Juan O'Brien (1836), Santiago Magill (1845), Juan Dartnell (1848), Eduardo Nugent (1863) y Reginald Gubbins (1891).



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(1) Historia de la República del Perú. Jorge Basadre Grohmann. Editorial El Comercio.
(2) Inmigración española, alemana e irlandesa. Abraham Padilla Bendezú. Boletín de Lima, n° 114, pp 19-24.
(3) Wikipedia.com
(4) Milton Guerrero Rodríguez, Viceministro de Agricultura, disponible en http://www.inia.gob.pe/notas/nota0156/papa.pdf
(5) Viaje por el Perú. J.J. Tschudi 1847
(6) Teodoro Hampe Martínez. Apuntes documentales sobre inmigrantes europeos y norteamericanos en Lima (Siglo XIX). Revista de Indias, Madrid 1993. Vol LIII, n° 198.
* Fotografía de W. Grace tomada de Wikipedia.
* Retrato de Bernardo O´Higgins tomada de Wikipedia, hecho por Gil de Castro.
* La Casa O'Higgins se puede visitar libremente, se halla ubicada en el Jirón de la Unión, en Lima Cercado. Contiene mucha información sobre Bernardo O´Higgins y su descendencia.

jueves, 9 de octubre de 2008

Inmigrantes Vascos: Talambo y Arequipa



La inmigración vasca en el Perú viene desde tiempos de la colonia y aún antes, desde la conquista misma. Sin embargo, el tema de esta bitácora es el de la inmigración en el siglo XIX, propiamente en el periodo republicano. Luego de la llegada de la independencia y como ya hemos señalado, se dieron una serie de proyectos para atraer inmigrantes europeos al Perú. Uno de los primeros fue el experimento liderado por Rodulfo, con colonos alemanes. Otro, llevado a cabo por Gallagher y los colonos irlandeses del Callao. Y el motivo de éste post, el llevado a cabo con trabajadores de los países vascongados.

En 1859, durante el segundo gobierno de Castilla, Máximo Navarro propuso al gobierno el traer 10 000 colonos españoles de 16 a 40 años, trabajadores agrícolas, con la obligación de trabajar un periodo de 5 años en las haciendas costeñas, percibiendo el contratista una prima de 30 pesos por colono. Dicha propuesta se aceptó el 22 de noviembre de 1859, sin embargo no se llegó a concretar.

En 1860, el guipuzcoano Ramón Azcárate en sociedad con el hacendado norteño Manuel Salcedo, viaja a España en donde enroló a 50 familias, con un total de 300 individuos aproximadamente, vascos. Debido a las condiciones adversas impuestas por el gobierno español para la seguridad de sus inmigrantes, se tuvo que burlar estas disposiciones, de modo que los inmigrantes partieron del puerto francés de Burdeos y llegaron al Callao el 19 de julio de 1860. De inmediato, fueron trasladados a la hacienda Talambo, de propiedad de Salcedo, en Lambayeque, a 3 km de Chepén, con un contrato laboral de 8 años con un salario mensual de dos pesos de plata para los mayores de 11 años y un peso de plata para los menores, remuneración mayor que la dada a los coolíes.



Una vez alli, los incumplimientos del contrato original por parte de Salcedo crearon las primeras dificultades y se celebró un segundo contrato. El problema que surgió en dicha hacienda luego de ello, no fue una disputa salarial, sino condiciones de "maltrato". Al parecer, existían serios inconvenientes entre los trabajadores vascos y los nacionales, quienes veían a los primeros como "altivos y pretenciosos", amén de con Salcedo. De tal modo que un roce entre Salcedo en persona y uno de los trabajadores vascos (Marcial Miner) devino en una pelea sangrienta el 4 de agosto de 1863, entre los trabajadores nacionales de Talambo auxiliados por un grupo de Chepén, y los vascos, culminando con varios heridos como Juan Ignacio Sorazu, Julián Fano y Rosario Salazar (peruano) y la muerte del español Juan Miguel Ormazábal. Luego de ello, los trabajadores vascos abandonaron el país, entablándose un serio conflicto diplomático entre el Perú y España, lo cual sumado a otros hechos, derivaron en la declaratoria de Guerra y la ocupación de las islas Chincha por parte de España, lo cual terminó con el combate naval del Callao el 2 de mayo de 1866. Y también, con el fin de la inmigración vascongada en nuestras costas durante el siglo XIX.

NOTA: Es necesario señalar que si bien la inmigración vascongada en el siglo XIX en el Perú básicamente se traduce en los hechos de Talambo, existieron durante la colonia núcleos españoles de raíces vascas bien asentadas dentro del territorio nacional, como el caso de las minas de Potosí y el actual departamento de Arequipa, en donde apellidos como Cossío, Belaúnde, Llosa, Goyeneche, Arrambide, Albizuri, Arancibia, Ruiz de Somocurcio, Vergara, Irarrazabal y Andía, Larramendi, Olazábal y Arteaga, Gareca, Larrea, entre otros, se establecieron y han protagonizado gran parte de la vida política del Perú como República.






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* Fotografías tomadas de http://www.xaski.com/talambo/talamboenfotos.htm
(1) Crónica: El incidente de Talambo. Marco Flores Sánchez
(2) La Presencia Europea en el Perú. Giovanni Bonfiglio. Fondo Editorial del Congreso del Perú, 2001.
(3) Inmigración Vasca a Arequipa. Eusebio Quiroz Paz Soldán. En: La Presencia Europea en el Perú. Giovanni Bonfiglio. Fondo Editorial del Congreso del Perú, 2001.
(4) Inmigración Española, Alemana e Irlandesa. Abraham Padilla Bendezú. Boletín de Lima 1998; n°114: 19-24.

Asimilación de los coolíes en Perú



Si bien es cierto, el affair de la goleta "Mariluz" significó el fin de la entrada de coolíes, aun quedaban en el Perú los que tenían contrato vigente, y muchos de ellos al terminarse el contrato, fueron obligados a laborar por "yapa" es decir, por descuento de los meses que habían estado enfermos o los bienes que habían consumido (comida, licores, vestimenta) y que debían, en promedio unos ocho meses más.

Y cuando este periodo terminó, se abrió paso a la política del "enganche" es decir, de firmar nuevamente contrato por ocho años, aunque esta vez en mejores condiciones laborales.

Fue así que para fines del siglo XIX la condición de los coolíes básicamente era de "chinos libres" y empezaron a asentarse en las ciudades y encargarse de actividades mercantiles, estableciéndose básicamente en los alrededores de la calle hoy conocida como Capón (la cual contaba con inmigrantes chinos desde 1866) y adquiriendo en base a sus ahorros y trabajo, negocios que anteriormente eran propiedad de otros inmigrantes, los italianos, haciéndose popular la hasta hoy vigente frase "el chino de la esquina".

Acerca de las actividades comerciales de los coolíes, he encontrado registros de asociaciones que se establecieron en 1886 con el nombre de Ton Huy Chong Koc (Sociedad Central de la Colonia China) en Lima, e inclusive la apertura de establecimientos comerciales como la Casa Pow Lung en 1866 y Wing On Chong en 1873, dedicadas a las importaciones y exportaciones hacia EEUU, Europa y China, de productos de medicina natural china, herbolarios, así como exportadores de productos peruanos como lanas y artesanías.

Al parecer, una nota característica de los chinos que les permitió ganarse la confianza de los nacionales en actividades comerciales, fue la venta al crédito, es decir el entregar mercadería y pagarla a posteriori, así como la "yapa" (palabra de origen quechua) mediante la cual aumentaban en parte el contenido de la venta sin aumentar el precio pactado, usos que les permitieron ganar clientela rápidamente. De tal modo que la colonia china originalmente traída como mano de obra semi-esclava, luego de muchas desventuras logró insertarse dentro de la comunidad peruana e incluso, ganar prestigio basado en su honradez y trabajo.

Existen trabajos que sugieren que la inmigración china en el Perú fue "exitosa", desde el punto de la asimilación, favorecida por factores como la carencia de mujeres chinas y los matrimonios mixtos, la conversión al cristianismo de los chinos, la comida china y la prosperidad económica alcanzada por la comunidad china en el siglo XX (Tesis de Zhou Yan).

Y si, es cierto, los inmigrantes chinos se asimilaron a la población peruana, compartiendo y fusionando costumbres sobre todo gastronómicas; de tal modo que en 1921 al cumplirse el centenario de la independencia, la colonia china obsequió la hermosa "Fuente China" ubicada en el Parque de la Exposición, al Perú.
Y actualmente, la embajada china en el Perú registra en su página web 1 200 000 chinos y descendientes en el país.








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(1) Ricardo LaTorre Silva. LA INMIGRACIÓN CHINA EN EL PERÚ (1850-1890) Boletín de la Sociedad Peruana de Medicina Interna - Vol.5 Nº 3 - 1992
(2) La exitosa integración china en el Perú. El Comercio 10 de junio de 2006
(3) Cuando Oriente llego a America. Banco Interamericano De Desarrollo 2005
* Fotografía de la "Fuente China" hecha por Juan Manuel Parra.

martes, 7 de octubre de 2008

Análisis de la inmigración china en el Perú



La economía del Perú colonial se basaba en la exportación de materias primas y minerales (también minerales preciosos como la plata y el oro). La producción agrícola de caña de azúcar y algodón era básicamente para auto-consumo, siendo producidas mayormente en haciendas con mano de obra esclava; debido a que era más rentable para la economía colonial el traer azúcar de México al Perú que el crear las condiciones para producirla en gran escala. Estas condiciones variaron con la llegada de la independencia.

Durante los primeros años de la joven República, hubieron intensos debates acerca de las ideas liberales de abolir la esclavitud. Muchos hacendados y militares tenían haciendas, en donde la mano de obra esclava era de importancia capital. Por ello, había mucha reticencia a la manumisión de los esclavos, a diferencia de otros países en los que se proclamó inmediatamente la abolición de la esclavitud (como Chile). Uno de estos militares hacendados fue Rufino Echenique, quien llegó a ser presidente del Perú. Compró y modernizó una hacienda azucarera localizada en el valle de San Pedro de Lurín, destacando la gran cantidad de esclavos que poseía. Esto era algo particularmente importante al momento de hacer negocios, la cantidad de esclavos de la cual se disponía. Y a la vez, la economía agrícola basada en la esclavitud, estaba condenada a la auto-subsistencia y rendimientos mínimos no acordes a un ideal exportador a gran escala, puesto que el desgano en el trabajo que ponían los esclavos, sus frecuentes motines y huidas, así como los abortos que se sometían las negras embarazadas, contribuían a una baja producción en las haciendas. Sin embargo, la idea colonial aún persistía en la mentalidad de los terratenientes de la época, acerca de la necesidad de mantener la mano de obra esclava.

Cuando Castilla llega al poder y en 1854 decreta la abolición de la esclavitud en todas sus formas, fue cuando la producción de las haciendas enfrentó un reto mayor, nunca antes visto. Los terratenientes, persistiendo en la mentalidad colonial, intentaron reemplazar los esclavos por otros; esto es, en vez de favorecer una llegada masiva de inmigrantes europeos (u orientales) para entregarles terrenos a concesión para su respectivo cultivo, se pensó entraer otro tipo de "esclavos", personal que no reclame mucho y gane poco, que trabaje faenas de sol a sol sin chistar y que sus países no reclamasen de manera escandalosa. Y en esto, los europeos no cuadraban, motivo por el que se favoreció la llegada de coolíes chinos. Recordar que para dicha época empezaba la bonanza del guano y rápidamente el país dispuso de capitales con los cuales se pudo invertir en modernizar las haciendas y se empezó a exportar en grandes cantidades el azúcar, debido a la guerra de secesión de EEUU, que disminuyó la producción de EEUU y favoreció las ventas de Cuba y Perú hacia Europa, concretamente hacia Inglaterra.

Algo que aclarar, si bien la ley del 17 de noviembre de 1849 favorecía la inmigración y permitió la entrada de los primeros coolíes chinos, fue a partir de las siguientes décadas que el "tráfico amarillo" tuvo su apogeo. En esta ley de emigración (ley chinesca) se favorecía con primas de 30 pesos por persona a los introductores de colonos de 10 a 40 años, y se le dió carácter retroactivo para favorecer a Domingo Elías y los 75 pasajeros chinos que ingresó el 15 de octubre de 1849 al Callao, para laborar en sus haciendas.



En el cuadro anterior, se verifica el número de coolíes chinos introducidos al Perú hasta 1874 y también se puede apreciar la alta mortandad durante la travesía hacia el Perú (cerca del 10% de embarcados), en un viaje que en promedio duraba 90 días. Hay que señalar que inicialmente los coolíes partían del puerto de Cantón hasta 1854, año en que el gobierno chino enterado de los fraudes que solían cometerse al momento de la contrata, suspende las salidas y empiezan a realizarse las mismas en Macao (colonia portuguesa) a partir de 1857, de ahí el apelativo "chino macaco".

Hubo muchos beneficiados con el tráfico de coolíes, desde los armadores-transportistas hasta las compañías que "compraban" a los coolíes una vez llegados al Callao y los redistribuían a las haciendas; siendo los principales compradores Canevaro & Cía., Candamo & Cía., Juan Ugarte entre otros. Los principales hacendados que adquirían a los coolíes fueron Delgado, Elguera, Laos, Swayne, Luis Albrecht, Paz Soldán y O'Higgins entre otros; casi todos de los valles de Cañete, Lima y Chicama.

Las condiciones de contrata y laborales una vez llegados al Perú las explicamos en el anterior post, en las islas guaneras, construcción de ferrocarriles y haciendas de cañaverales (es importante señalar que para 1874 de los 87 647 coolíes llegados, más de 50 000 se hallan empleados en los latifundios de la costa). Asimismo, los coolíes dormían hacinados en galpones, cual esclavos, en condiciones pésimas de higiene y alimentación, también participaban ellos mismos en actividades de juegos de azar y consumo de opio, lo cual en no pocas ocasiones conllevó a crímenes entre ellos y también contra los hacendados. Por ejemplo, en la Memoria publicada por el Ministro de Estado en Justicia, Instrucción y Beneficencia para 1862, se detalla en el cuadro general de presidiarios, la presencia de 20 ciudadanos asiáticos cuya patria se describe como Cantón, condenados bajo el cargo de homicidio, constituyendo el grupo de extranjeros detenidos de mayor número para dicho año. Asimismo, en las haciendas los intentos de fuga dadas las condiciones de explotación y los castigos corporales (como colocarlos en un cepo por semanas enteras) se hallaban a la orden del día .

Es así que llegan los días de la Guerra con Chile y la expedición militar chilena tenía en Patricio Lynch un oficial destacado, quien había aprendido el idioma cantonés durante su participación en la guerra del opio (guerra anglo-china) y conocía las costumbres de los coolíes, de tal manera que en muchas haciendas los coolíes lo vieron como un "salvador". Incluso existen crónicas que afirman se organizó un "batallón" de soldados coolíes emancipados, liderador por un tal Quintín Quintana, que combatió a las tropas peruanas en la Batalla de Lima y participó en los saqueos de las haciendas costeras.

El fin del tráfico de coolíes empezó en mayo de 1872, cuando partió del Callao el barco peruano "Mariluz" hacia Macao, para traer 255 culíes para las haciendas norteñas. Debido a una tormenta la nave sufrió una avería el 10 de julio de 1872, teniendo que efectuar una escala obligada en Yokohama, Japón. Uno de los coolíes escapó, cansado de los malos tratos a los cuales empezaba a verse sometido y se refugió en una nave británica, en donde solicitó ayuda. El Encargado de Negocios Inglés, gestionó ante las autoridades japonesas una investigación para llegar a la verdad respecto a la denuncia del chino evadido. Como conclusión de la investigación, se llegó a que las condiciones de vida dadas para el viaje y por el contrato eran inhumanas, quedando los 255 coolíes libres del mismo y con la potestad de regresar a China. El final del tráfico de coolíes se produce en 1874, cuando mediante el tratado de Tien Tsin los representantes peruanos aceptan las condiciones del gobierno chino.






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(1) Michael J. Gonzales. Chinese Plantation Workers and Social Conflict in Peru in the Late Nineteenth Century. Journal of Latin American Studies, Vol. 21, No. 3 (Oct., 1989), pp. 385-424
(2) Ricardo LaTorre Silva. LA INMIGRACIÓN CHINA EN EL PERÚ (1850-1890) Boletín de la Sociedad Peruana de Medicina Interna - Vol.5 Nº 3 - 1992
(3) Formación de las haciendas azucareras y orígenes del APRA. Peter F. Klaren. IEP 1976.
(4) La inmigración en el Perú. Juan de Arona 1891.
(5) El Capitalismo agrario en el Perú. Jean Piel. Universidad de Salta 1995.
(6) Memoria que presenta el Ministro de Estado en el departamento de Justicia, Instrucción Pública y Beneficencia al Congreso Nacional de 1862, Imprenta de la Epoca 1862.
* Fotografía tomada de "Cuando Oriente llego a América: Contribuciones de inmigrantes chinos, japoneses y coreanos". Banco Interamericano De Desarrollo 2005
* Cuadro extraído de la referencia (1).

viernes, 3 de octubre de 2008

Causas de la inmigración china en el Perú


Siu Soch Pen - 1893, Archivo Courret

La inmigración china en el Perú comienza en 1849, y se caracteriza por:

1. La procedencia de los inmigrantes era del área de Guangzhou (Cantón) y la colonia portuguesa de Macao, con las costumbres y creencias propias de dicha zona, así como su dialecto (chino cantonés, diferente al chino mandarín) y su gastronomía, bien diferenciadas de otras áreas de China. China recientemente había librado y perdido una cruenta guerra con Inglaterra (conocida como "Guerra del Opio", en donde participó el oficial chileno Patricio Lynch en el bando inglés), existiendo condiciones de desempleo y miseria en el campesinado y la consiguiente proletarización de muchedumbres desarraigadas, las cuales acudían a los puertos en busca de oportunidades laborales.

2. El grado de instrucción de los inmigrantes era muy pobre, generalmente campesinos analfabetos quienes eran reclutados por comerciantes y agentes inmigracionistas amparados en la "Ley China" de 1849, siendo la modalidad de contrata la siguiente: el inmigrante firmaba un "contrato" en donde se comprometía a realizar labores artesanales (agrícolas, domésticas, labores manuales en general) por un plazo de ocho años con un sueldo determinado, además de vestimenta y alojamiento a descontar de su sueldo durante ese tiempo, una vez concluidos los ocho años el contrato quedaba cumplido y el emigrante libre de sus obligaciones pactadas.

Bajo las condiciones mencionadas se dió inicio a la inmigración china. El Perú vivía el boom del guano y los empréstitos otorgados al Estado crecían enormemente; así como en los latifundios costeros se necesitaban jornaleros ("falta de brazos" puesto que la esclavitud había sido abolida).

En este punto es preciso señalar algo importante al respecto:

* La tan mencionada "falta de brazos" en los textos de la época, era más imaginaria que real, puesto que el Perú nunca tuvo un "vacío demográfico" a comparación de Argentina o Chile, la población originaria del Perú (quechuas, aymaras, entre otras etnias) fue dejada de lado y no considerada al momento de contratar personal para trabajos en la Costa, al menos hasta la etapa posterior a la Guerra del Pacífico.

* Durante el siglo XIX y con la llegada de la independencia, creció el sueño de la inmigración en el Perú, una inmigración europea específicamente; sin embargo las condiciones de los inmigrantes europeos (relativa autonomía, sueldos justos, trabajos justos, posibilidad de desarrollo y educación) eran inaceptables para los grandes latifundistas e industriales del Perú; quienes ante estas condiciones preferían emplear personal de origen asiático (chinos en un inicio, luego un terrible intento con polinesios de la isla de Pascua y posteriormente japoneses) quienes aceptaban condiciones extremas como el trabajo en las islas guaneras, carentes de condiciones de higiene y salubridad; las jornadas en las haciendas azucareras y algodoneras de la costa de sol a sol (mediante falsas promesas o engaños) y bajísimos salarios.



Puerto de Cantón en el siglo XIX

Es por esto que el número inmigrantes chinos entre 1849 y 1874 fue de alrededor de 100,000 personas, constituyéndose en la inmigración de mayor volumen (y por mucho) dada en el país en el siglo XIX.

Respecto al viaje hacía el Perú, se hacía en barcos de mediano calaje, abarrotados generalmente con los inmigrantes quienes no tenían mayor contacto con la tripulación del barco; constituyendo este transporte un lucrativo negocio para los marinos. Giuseppe Garibaldi entre 1852-1853 participó en un viaje a Cantón llevando un cargamento de guano y se cree que regresó trayendo coolíes**.

Al llegar al Callao, los coolíes pasaban un control sanitario en la Isla San Lorenzo, si alguno de ellos no se hallaba en adecuadas condiciones de salud cumplía una especie de "cuarentena" en la isla, no siendo raro el caso que el inmigrante fallezca allí.

Una vez llegados a su destino (una isla guanera o un latifundio costero en la mayoría de los casos) el inmigrante realizaba las labores que le eran asignadas mediante su contrato y las que no también, sometidos a capataces y gamonales los cuales no dudaban en aplicar castigos físicos hacia los inmigrantes. Se alimentaban escasamente y vivían hacinados en una especie de corralones, donde consumían opio y adoraban sus deidades locales. Es de notar que a diferencia de otros inmigrantes en el país, en los cuales se trataba de inculcar la fé católica y brindar algún tipo de educación, a los inmigrantes chinos se les dejaba a su libre albedrío. Otro punto importante es la fecha de inicio de labores, fecha la cual el inmigrante chino debía recordar, so pena de no poder terminar de cumplir el contrato nunca.

Viendo las extremas condiciones de trabajo, terminando en algunos casos con el suicidio del inmigrante, se puede comprender la actitud que tomaron muchos chinos durante la Guerra del Pacífico.






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(1) Ricardo La Torre Silva. La inmigración china en el Perú (1850-1890). Boletín de la Sociedad Peruana de Medicina Interna 1992; volumen 5, número 3.
(2) Fernando de Trazegnies. En el país de las colinas de arena. Fondo Editorial PUCP 1995.
(3) El Capitalismo agrario en el Perú. Jean Piel. Universidad de Salta 1995.
* Coolíe es una palabra de origen bengali que significa "trabajador eventual", pero que más se utilizaba en su acepción de "trabajador para todo uso" (Wikipedia)
** Sobre Garibaldi y su probable papel en el comercio chinero, está demostrado que trabajó para el cónsul sardo Canevaro, como capitán de buque, que viajó con un cargamento de guano hacia China, y que regresó con un cargamento de seda y especies, no está claro si también regresó trayendo coolíes al Callao, existen rumores y hasta cartas airadas sobre el tema, pero hasta el momento no he podido encontrar un documento fehaciente que demuestre su participación en este triste comercio. Lo cual, no quita que esto sea posible, y que este documento se halle oculto, si acaso existiese. Para mayores detalles véase:
- Oposición a la erección en Buenos Aires de estatua de Garibaldi (1897):
http://74.125.93.132/search?q=cache:O5nGrWYUvPAJ:www.picotto.net/histo/historia105.html+garibaldi+coolies&cd=3&hl=es&ct=clnk&gl=pe&client=firefox-a
- Garibaldi: citizen of the world (2007):
http://books.google.com.pe/books?id=0M-LKFEoUFEC&pg=PA198&lpg=PA198&dq=garibaldi+coolies&source=bl&ots=MA-M7tmG3S&sig=jxt311Ya40d526yqkigDd3WGZfs&hl=es&ei=6vyKS5TeBNGvlAeOufnQAQ&sa=X&oi=book_result&ct=result&resnum=5&ved=0CBQQ6AEwBA#v=onepage&q=garibaldi%20coolies&f=false
- En el país de las colinas de arena (1994):
http://books.google.com.pe/books?id=f03nan5-YOAC&printsec=frontcover&dq=en+el+pais+de+las+colinas+de+areba&client=firefox-a&cd=1#v=onepage&q=garibaldi&f=false

Conclusiones sobre la Inmigración Italiana



Luego de haber revisado algunos puntos saltantes sobre el tema de la inmigración italiana en el Perú, podemos establecer varias conclusiones:

1. La inmigración italiana en el Perú fue la de mayor número en cuanto a inmigración europea se refiere. Hay que señalar que la inmigración como política de Estado NO tuvo los resultados que se esperaban (esto es, un flujo masivo de inmigrantes al país, auspiciado por el Estado). Inclusive, en la segunda mitad del siglo XIX que es donde aumenta el número de emigrantes europeos a América, el flujo migratorio hacia el Perú disminuye.

2. El aspecto fundamental para la inmigración italiana fue lo que el profesor Bonfiglio denomina "cadenas familiares", con lo cual se aseguró un flujo migratorio continuo y a la vez reducido en número a comparación de países como Estados Unidos o Argentina. Asimismo, cabe señalar que el flujo migratorio era hacia ambos continentes, es decir de Europa a Perú y viceversa cuando la situación lo permitía.

3. La mayoría de inmigrantes italianos asentados en el Perú provenían de la zona de Génova, debido a los genoveses previamente establecidos durante el dominio español; esto no significa que también hayan venido al país italianos procedentes de otras regiones como Véneto, Lombardía y Sicilia.

4. Se podría decir que la inmigración italiana en Perú en general y en términos de porvenir para los migrantes fue un éxito, el duro trabajo, su sentido del ahorro y sus dotes para el comercio y la empresa hicieron que progresivamente los italianos prosperaran (desde pequeños negocios como pulperías y estancos de sal hasta llegar a los consorcios como Nicolini, Cogorno, Queirolo, D'Onofrio, Molitalia, E. Copello, Casa Banchero y el Banco de Crédito, entre otros) de tal modo que a principios de siglo XX se les consideraba como "colonia rica". Eso sí, también hubieron inmigrantes italianos que no prosperaron por diversas circunstancias.

5. Actualmente existen asociaciones de descendientes de italianos como el Circolo Sportivo Italiano y el Circolo Canottieri, así como el Museo Raimondi y el Instituto Cultural Italiano, donde sus integrantes se reúnen y realizan actividades colectivas.

6. Muchos aspectos culturales traídos por los inmigrantes italianos se asimilaron y enriquecieron el acervo cultural (y gastronómico) del país, como los fideos al pesto (los tallarines verdes), los tallarines "a lo Alfredo", la pizza y la lasagna, el panetón, el uso de las redes de pesca sicilianas, entre otros.



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NOTAS

(1) La colonia italiana en el Perú, con motivo del Centenario de la Independencia en 1921, obsequió el Museo de Arte Italiano
(2) Para ahondar en el estudio del tema de la inmigración italiana recomiendo absolutamente la lectura de "La Presencia Europea en el Perú", excelente y completo libro realizado por el profesor Giovanni Bonfiglio Volpe y editado por el Congreso del Perú en 2001, en donde existe muchísima información, así como sus artículos: "Los italianos en Lima" aparecido en el libro "Mundos Interiores: Lima 1850-1950" editado por la Universidad del Pacífico en 1995 e "Introducción al estudio de la inmigración europea en el Perú" aparecido en el libro "1° Seminario sonre poblaciones inmigrantes" editado por CONCYTEC en 1987.
(3) La lectura del Epistolario de Antonio Raimondi "Mirada Intima al Perú" realizado por Pompilio Inglesi y Spartaco Inglesi nos revela aspectos desconocidos de la vida del naturalista y estudioso milanés, así como una visión del inexplorado Perú del siglo XIX.
* Fotografía del Museo de Arte Italiano tomada de http://img148.imageshack.us/img148/2816/1001805cg6.jpg

Tarapacá y la Colonia Italiana



La presencia de los italianos en Tarapacá (región que perteneció al Perú desde la colonia hasta 1883) se remonta a la expedición de Pedro de Valdivia, en la cual se encontraba el genovés Juan Bautista Pastene. Luego de ello hasta el periodo republicano no hay más datos fidedignos.

En el siglo XIX la región de Tarapacá contaba con ricos yacimientos salitreros y gozaba de una economía y desarrollo notable, lo cual era un factor de atracción hacia dicha región, en el país de disfrutaba del auge del salitre y la explotación del mismo era un negocio sumamente rentable. En el censo de 1876 se indican un total de 5005 italianos en la provincia de Tarapacá, como vemos es un número bastante elevado, lo que motivó el nombramiento de Ugo Rossi como agente consular de Italia.

Entre los industriales italianos más destacados tenemos a Félix Massardo quien dirigía la Oficina Solferino en 1870, asimismo Juan Bacigalupi era propietario de la Oficina Católica en 1874, José Bertogliatti era productor de azufre en el sector de Pumire, el ingeniero químico Pedro Cavallero se desempeñaba en la Oficina San Pablo, Juan Sanguinetti era contratista de la Oficina San José de Puntuchara, Cesare Sacco era titular de “Mina Buena Esperanza”. En suma, los italianos aparecen en toda Tarapacá, inclusive en caletas pequeñas como Mejillones, en donde A. Parodi y C. Daodoro eran almaceneros dispensadores de galletas. Otro empresario de origen alemán, Juan Gildemeister, también poseía yacimientos de nitrato (hablaremos de él extensamente en otro post).

Sin embargo, el inicio de la Guerra del Pacífico en 1879 tuvo efectos sumamente desfavorables para la colonia italiana (demás está decir que tuvo efectos mucho más desfavorables para el Perú en su conjunto), recordando el Ministro Plenipotenciario de Italia Viviani el deber de guardar la más absoluta neutralidad en el conflicto lo cual no fue obstáculo para aquellos italianos y sus descendientes que apoyaron monetariamente y aquellos que integraron las filas del ejército peruano de manera voluntaria por opción personal (Francisco Bolognesi era hijo de Andreas Bolognesi, músico italiano). Incluso el gobierno italiano comisionó al buque de guerra "Garibaldi" a Arica a finde vigilar y proteger los intereses de los italianos afincados en dicha región durante la Guerra del Pacífico, y éste navío fue testigo del asalto al morro de Arica el 7 de junio de 1880. El 21 de noviembre el general Buendía al abandonar la ciudad de Iquique, la entrega al Cónsul Rossi, quien el 23 de noviembre a su vez la entrega al ejército chileno, durante estas 48 horas el Cónsul Rossi dispuso que los bomberos salgan a las calles a cumplir labores de guardia urbana para mantener el orden y evitar los desmanes en la ciudad.

Con el desarrollo de la guerra y la ocupación chilena, muchos negocios fueron saqueados y expropiados, en otros casos fueron dados a concesión a otros inmigrantes italianos y la provincia de Tarapacá pasó definitivamente a manos chilenas en 1883.

Durante los años siguientes se permitió a la población peruana de Tarapacá la residencia legal, pero luego las hostilidades de las autoridades y el pueblo chilenos fueron tales que entre 1910 y 1929 los peruanos fueron expulsados del territorio prácticamente sin excepción, lo cual significó una enorme pérdida, tanto patrimonial como de suelo patrio, sellada con el documento diplomático que devolvió Tacna al Perú y otorgó Tarapacá a Chile.





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(1) Alfonso Díaz Aguad, « Apuntes sobre los italianos en la provincia de Tarapacá (1870-1950) », Amérique Latine Histoire et Mémoire, Numéro 5-2002 - Migrations dans les Andes, Chili et Pérou.
(2) Luis Eduardo Bacigalupo. Blog "El escriba del cigarro habano" http://blog.pucp.edu.pe/member/57/blogid/62
* La fotografía representa un mapa tomado de "The Journal of the Royal Geographical Society" de 1851.

Sicilianos en el Barrio de Chucuito


Luigi Mussio, remendando redes en Chucuito (Informacion de la pag. Facebook "Fototeca de la inmigracion italiana en Peru", album "Pescadores de Chucuito".

"no necesitamos extendernos demasiado para demostrar que los inmigrantes italianos son los que más convienen por hoy al Perú: el italiano es trabajador, económico, paciente, sobrio y pronto a ejecutar cualquier trabajo que se le confíe en una hacienda"
Alejandro Idiáquez, Cónsul General del Perú en Génova, 1904.


La frase arriba señalada expresa el deseo gubernamental del Estado peruano de atraer inmigrantes italianos al país durante las postrimerías del siglo XIX e inicios del siglo XX. Como ya se había señalado anteriormente, ésta política de Estado como tal no tuvo los resultados esperados, y la inmigración italiana siguió el mecanismo de "cadenas familiares" a pequeña escala que ya había iniciado desde los albores de la Independencia.

En la década de 1880 bajo el influjo de la navegación a vapor y la crisis de la navegación a vela, llegaron al Perú muchos genoveses marinos y armadores de veleros, los cuales se establecieron en pequeños negocios y empresas de abarrotes como los Isola, Piaggio, Denegri, Chiappe, Peschiera, Carbone, Valle entre otros.

Sin embargo, a inicios del siglo XX llegó al Callao un grupo de pescadores sicilianos, liderados por un pescador de Milazzo apellidado Cicirello. Este grupo de pescadores sicilianos se dirigían originalmente a Estados Unidos, pero dada la imposiblidad de ingresar a dicho país, se establecieron en el barrio de Chucuito.

En 1905 arribaron los sicilianos (Ciccirello, Macunco, Trippe, Dentone, La Rosa, Cono, Motta, Neri, Alibrandi, Airaldi, Basile y Culotta). También , en este grupo, otros no se dedicaron a la pesca, como los Panettieri, Olivieri, Spallarosa, Barchi, Rotondo, Barreto, Mandriotti, Cappello, Bertolotto, Antola y Tosso. Entre 1914 a 1921 también llegaron pescadores genoveses (Vittorio Mussio, Culotta, Bissio, Brissolesse y Milanta, entre otros). Estos pescadores traían innovaciones en su arte como el uso de la "red lámpara" precursora de la bolichera y la "red chinchorro" una red de arrastre que se maniobra desde la orilla, el ragnio y la palametri; y los pescadores genoveses utilizaban la pejerreyera, las cavinseras, las linceras, el tramayo y la red menuda.

Dichas técnicas les permitieron ganarse un nombre en el mercado peruano y mejoraron las condiciones de la pesca artesanal nacional al difundirlas. Hasta el momento, se pueden encontrar a sus descendientes en Chucuito, algunos de ellos continúan desempeñándose en la actividad pesquera artesanal.

NOTA: La municipalidad del Callao, en un notable esfuerzo histórico-social, ha desarrollado un programa de mantenimiento y puesta en valor del barrio de Chucuito y aledaños como zona de interés turístico, con miras a que en verano del 2009 la zona sea un polo de atracción turística nacional como internacional, saludamos dicho empeño que redundará en beneficio de los pobladores del histórico puerto del Callao.



Enlace al artículo "El Caminito del primer puerto": http://www.elcomercio.com.pe/edicionimpresa/Html/2008-09-02/el-caminito-primer-puerto.html
Enlace al vídeo"Chucuito quiere ser el nuevo Caminito peruano": http://www.elcomercio.com.pe/ediciononline/HTML/2008-08-29/Chucuito-quiere-nuevo-Caminito-peruano.html
Cómo llegar: Diríjase hasta la entrada del Callao, tome la avenida Guardia Chalaca, pase el Real Felipe y siga de frente. Ahí encontrará la entrada con el cartel del barrio de Chucuito






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- Diario "El Peruano": Los italianos pobres en el Perú. 14 de mayo del 2002.
- Giovanni Bonfiglio. La presencia europea en el Perú. Fondo Editorial del Congreso del Perú, 2001.
* Fotografía tomada de la Colección de fotos Dr. Humberto Currarino Camere, disponible en http://www.skyscrapercity.com/showthread.php?t=549260

Raimondi y "El Perú"





"me parece no tener ojos suficientes para verlo todo"
Antonio Raimondi

Antonio Raimondi nació en Milán el 19 de setiembre de 1824, hijo de Enrique Raimondi y Rebeca Dell'Aqua. Llega al Perú el 28 de Julio de 1850, luego de participar en los movimientos revolucionarios en pos de la unidad italiana (1848).

Es recibido por el intelectual Cayetano Heredia, quien le encarga la organización del Museo de Historia Natural del Colegio Independencia. Investigador autodidacta, pertenece al grupo definido como naturalista enciclopédico, sus viajes a lo largo del Perú le permitieron realizar mapas geográficos, mineralógicos, investigaciones en plantas, animales, insectos, muestras minerales, así como la toma de medidas barométricas, observaciones meteorológicas y croquis precisos complementaban la información sobre las regiones a su paso.

Entre sus obras más notables se hallan la documentación y análisis del guano de las islas Chincha y del salitre de Tarapacá, la navegación por el Amazonas, Marañón y Ucayali, investigación arqueológica en la Fortaleza de Paramonga y la Estela de Chavín; así como la investigación botánica, fruto de las cuales se denomina a una especie vegetal característica del Perú como Puya Raimondi. Como vemos, Raimondi ejemplificó la visión del conocimiento y la cultura de un modo global.

El 2 de setiembre de 1869 se casa con Adela Loli, natural de Huaraz (descendiente del genovés Pietro Lolli Murello). Contó también con reconocimiento internacional: fue nombrado miembro honorario de la Real Sociedad Geográfica de Londres, la Sociedad Italiana de Antropología, Etnología y Psicología Comparada y la Sociedad Geográfica de París.

En el Perú le fue otorgado el Grado de Doctor en Ciencias Naturales y nombrado Profesor Honorario de la Facultad de Medicina por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, se desempeñó en la Cátedra de Geología y Botánica desde 1851. Su obra más destacada fue "El Perú", editada en seis tomos entre 1875 y 1913, publicó también: Elementos de botánica aplicada a la medicina y a la industria (1857), Apuntes sobre la provincia litoral de Loreto (1862), El departamento de Ancachs (sic) y sus riquezas minerales (1873), La manipulación del guano (1873), Minerales del Perú (1878), Aguas potables del Perú (1884), entre otras.

Fallece en San Pedro de Lloc, La Libertad, el 26 de octubre de 1890. Actualmente sus restos reposan en el Cementerio Presbítero Maestro ubicado en la ciudad de Lima.



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(1) Es importante mencionar que la frase "El Perú es un mendigo sentado en un banco de oro", atribuida a Raimondi, en realidad fue leída por Raimondi en los escritos de A. von Humboldt, quien a su vez la reprodujo en base a comentarios que escuchó durante su viaje al Perú, motivo por el que la autoría de dicha frase en realidad pertenece al acervo cultural criollo y no a una persona en particular.
(2) Pompilio Inglesi, Spartaco Inglesi. Antonio Raimondi, mirada íntima del Perú: epistolario, 1849-1890, Fondo Editorial del Congreso del Perú, 2005.
(3) Museo Raimondi http://www.museoraimondi.org.pe/ (Segunda Fotografía tomada de ésta fuente).

Colonización de Chanchamayo



Uno de los intentos más formales emprendidos por el estado peruano para traer inmigrantes italianos al suelo nacional, fue el de la colonización italiana en Chanchamayo.

La Sociedad de Inmigración Europea se forma en mayo de 1873 durante el gobierno civilista de Manuel Pardo, con la finalidad de atraer inmigrantes europeos hacia el Perú. Entre 1874 y 1875 se patrocinó la llegada de 3000 inmigrantes, la mayor parte de los cuales eran italianos, así como suizos y franceses destinados a labores en las haciendas de la Costa, pero debido a los bajos salarios pagados en dichas haciendas, éstos inmigrantes fueron llevados a terrenos de la selva central, en Chanchamayo y se fundó el pueblo de La Merced (hasta ese entonces era un fortín militar). En 1875 se firmó un acuerdo entre el Estado y los colonos italianos, quienes se trasladarían al valle de Chanchamayo y recibirían de parte del Estado los gastos de transporte, herramientas de labranza y un salario hasta que empiecen a producir sus cosechas propias. Un factor que favoreció la comunicación fue el funcionamiento del ferrocarril hasta Huancayo, viaje que hasta la llegada del tren tomaba una semana a lomo de mula. Inicialmente la colonia estuvo conformada por 145 colonos europeos, en su mayoría italianos, protegidos por una guarnición de 15 militares en el Fuerte de San Ramón. Estos colonos se establecieron 14 km río arriba, en La Merced.

En la Memoria que presenta la Sociedad de Inmigración Europea a su presidente D. Aurelio Denegri con referencia al año 1875 se consigna la llegada de 795 italianos, 19 franceses, 27 españoles y 1 alemán pagados por la Sociedad de Inmigración, y de 60 italianos, 6 franceses y 8 españoles lus cuales pagaron su pasaje. La llegada de más inmigrantes se detuvo debido al costo alto del pasaje de barco. De estos 916 europeos, 188 fueron a Chanchamayo, estableciendo la colonia en La Merced, aplicando la distribución y títulos de propiedad de las tierras de acuerdo a la ley de 1832 referente a la colonización de Loreto.

Lamentablemente, las escasas vías de comunicación hicieron que rápidamente estos colonos se trasladen a las ciudades y dejen los terrenos que les habían sido designados.

Posteriormente se dieron órdenes de construcción de vías de comunicación hacia dicha zona de la selva central. El 27 de noviembre de 1890 se dió la ley de construcción de un camino del poblado de La Merced hacia un punto navegable del Río Pichis; siendo inaugurado el 15 de noviembre de 1891 un camino de herradura que comunicaba San Luis de Shuaro con Puerto Bermúdez, a orillas del Río Pichis.

Alejandro Arrigoni, italiano venido al Perú junto con Antonio Raimondi en 1850, fue Agente consular italiano en Pacasmayo y apoya la colonización italiana en el departamento de Lambayeque enviando un documento al ministerio Italiano de Asuntos Exteriores en 1890, comentando favorablemente las obras que había emprendido la empresa Peruvian Corporation para irrigar tierras y construir ferrocarriles en la costa norte.


La fotografia corresponde a: FAMILIA AROSIO BISMARCK: De pie, Pablo Arosio (italiano); sentada, Amalia Bismarck (alemana) y sus hijos: De pie con pañuelo en la cabeza Anita, de pie Ángel y .con una franja en la cintura Luisa AROSIO BISMARK. Colonos radicados en Chanchamayo, año 1880, aproximadamente. Versión confirmada por sus bisnietas, Morayma, Violeta y Norma Kholer Ripamonti (Informacion de Fototeca de la Inmigracion Italiana, album Chanchamayo, Facebook)


Sin embargo, la Peruvian Corporation en 1892 através de su agente M. Kenzie, contrata 100 colonos italianos y los lleva a orillas del río Perené, donde inicialmente recibieron facilidades y subsidios para establecer poblados, pero ante las dificultades de comunicación y cese de los subsidios, la gran mayoría de éstos colonos abandonaron sus terrenos y se establecieron en La Merced y Tarma, junto con los restos de la anterior colonia de 1875. En 1893 un cónsul italiano visita el campamento de la Peruvian Corporation en el río Perené constando la presencia de cerca de 30 colonos italianos, los cuales precisamente no vivían en las mejores condiciones.

Hubieron también voces disidentes con la inmigración y colonización por el elemento europeo en Chanchamayo. Joaquín Capelo en su célebre "La vía central del Perú" describe a los tres tipos de colonos existentes en la época dispuestos a la colonización del valle: El primer tipo se refiere a los chinos, acostumbrados a vestir de manera austera y hábitos frugales de alimentación, refiere que es el elemento que "cuesta menos y que mas prontamente produce resultados positivos", al respecto señala el ejemplo de José Pérex, asiático que se asentó en el kilómetro 4 de la vía del Pichis en el puente Paucartambo, con diez hectáreas sin mayores implementos. A los dos meses Pérez había construido un tambo y sembrado una hectarea de maíz, siendo su fundo un punto de inicio para la llegada de otros colonos peruanos y europeos, visto que Perez tenía buenas relaciones con los nativos del lugar, a quienes contrata como jornaleros en sus chacras. El segundo tipo se refiere al colono peruano - mejorero - que viene en condición de peón de chacra, recibiendo un salario y alimentos, y un porcentaje de las ventas del café que sembró al retirarse. Finalmente, Capelo señala el tercer tipo de colono, el europeo, describiéndolo como "el más costoso de todos", puesto que las expectativas de los europeos son mayores que las de los otros colonos, refiriendo además que:

"Desgraciadamente su trabajo corresponde rara vez a sus consumos, y si por cualquiera circunstancia debe trabajar al lado del hijo del país, el colono europeo se llama inmediantamente al puesto de sobrestante y rehuye todo trabajo personal. El Perú tiene una larga experiencia sobre lo que cuestan y producen esta clase de colonizaciones, y la Peruvian Corporatio debe de haber llegado a las mismas conclusiones en el año y medio que lleva de ensayos en la colonización del Perené. allí han ido muchos colonos que, después de consumir fuertes sumas de dinero, han abandonado los lotes que se les dieran y se han marchado unos por el Pichis hasta Iquitos, y otros se han repartido en diferentes lugares en demanda de trabajo como operarios..."


A continuación, una breve lista de colonos italianos asentados en Chanchamayo entre marzo de 1875 y setiembre de 1877:
- Augusto Azzolini
- Giuseppe Baiocchi
- Giuseppe Barbieri
- Angelo Barlazzino
- Giovanni Bazzini
- Paolo Belledonne
- Pietro Belleredi
- David Berio
- Antonio Bertola
- Giuseppe Bertolotti
- Antonio Bianchi
- Vincenzo Mosca
- Giuseppe Musati
- Ferdinando Palmieri
- Norberto Pantoja
- Delfino Paolazzi
- Luigi Pardini
- Doménico Passuni
- Emilio Passuni
- Agostino Pauletti
- Luigi Perosini
- Antonio Perrovini
- Angelo Piana
- Carlo Piccaluga
- Filippo Brambilla
- Giuseppe Casazza
- Giacomo Cattaneo
- Guido Colombino
- Remigio Colombo
- Giuseppe Ferrarati
- Francesco Ferrari
- Giuseppe Ferrari
- Francesco Vassallo
- Doménico Vergani
- Giuseppe Gianella
- Eugenio Giberti
- Angelo Giussani
- Giovanni Zitoni
- Egidio Zometti
- Giuseppe Zonino
- Antonio Zucchetti
- Sr. Appiani, entre muchos otros.

Como vemos, el caso de la colonización italiana en Chanchamayo fue el típico ejemplo de colonización dirigida por el estado peruano en el siglo XIX, donde se destinó dinero para atraer colonos, los cuales una vez llegados no encontraron las condiciones adecuadas para subsistir, prosperar ni tampoco vías de comunicación y como es de suponer, éstos colonos se trasladaron a las ciudades en busca de un mejor porvenir.

La excepción a este tipo de colonización, en la cual los colonos se quedaron en la localidad destinada, fue el caso de Pozuzo, explicable básicamente por la inaccesibilidad geográfica del mismo, así como las idiosincracia de los colonos.








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(1) Historia de la República del Perú, Jorge Basadre Grohmann, Editorial El Comercio, 2005. La fotografía corresponde a colonos de la ceja de selva central a fines del siglo XIX.
(2) La Presencia Europea en el Perú. Giovanni Bonfiglio. Fondo Editorial del Congreso del Perú, 2001.
(3) Listado de apellidos obtenido de "La Inmigración Agrícola Italiana en el Perú", de Bruno Bellone (citado por Franklin Grados Martini en http://www.apellidositalianos.com.ar/peru_italianos.htm)
(4) La Huella Bachiche en el Perú. Caretas, n° 1654, 2001. Segunda fotografía tomada de allí, mostrando a colonos italianos en Chanchamayo portando una rifle Winchester.
(5) Memoria que presenta la Sociedad de Inmigración Europea a su presidente D. Aurelio Denegri con referencia al año 1875. Lima : Imprenta del Estado, 1876
(6) Homo politicus: Manuel Pardo, la política peruana y sus dilemas 1871-1878. Carmen McEvoy, IEP 2007

Los Italianos en Lima



En el caso de la inmigración italiana en el Perú, vemos que el lugar de origen de los migrantes fue prdominantemente Génova y aledaños (Chiavari, Lavagna, Cogorno, La Spezia entre otras). Y como ya hemos señalado, eran mayormente marinos quienes se establecían en Lima y Callao (zonas con mayor concentración de italianos durante el siglo XIX) como ejemplo de esto tenemos datos censales que señalan la presencia para 1857 de 3469 italianos y para 1876, 5000; siguiendo un modelo común: el ex-marino que con un pequeño capital propio monta un negocio de abarrotes (pulpería, chingana, fonda) y se dedica al mismo, ahorrando con tesón y trabajo duro, al crecer dicho negocio empleaba principalmente a familiares u otros connacionales, quienes venían de la misma Génova al Perú para trabajar.

Es por esto que en el particular caso de la inmigración italiana en el Perú primaron los factores denominados por el profesor Bonfiglio, "de atracción"; la posibilidad de un empleo con ganancias que les permitieran ahorrar un capital y en un futuro mediano montar un negocio propio, era una muy buena oportunidad para un inmigrante genovés desempleado en el siglo XIX.

Cosas particulares de la misma, los apelativos con los que la sociedad limeña de la época denominaba a los inmigrantes genoveses, el típico "bachiche", que vendría a ser una variante del nombre Juan Bautista en dialecto genovés (San Juan Bautista era el patrono de Génova), nombre muy común entre los inmigrantes. Asimismo, se hizo conocida la frase "el italiano de la esquina".

Con el empeño particular de los genoveses, éstos prosperaban poco a poco, de tal manera que podían ya desarrollarse e invertir en negocios con mayor capital, como la tenencia de tierras de cultivo en provincias (el caso de G.B. Maurici y Agusto Susoni en Trujillo), industria vitivinícola (E. Copello, Santiago Queirolo), creación del Banco Italiano, entre otros; traspasando sus negocios originales a una nueva fuerza de inmigración emergente, los chinos y japoneses.

En la ciudad de Lima quedan aún en funcionamiento algunos bares fundados en el siglo XIX por inmigrantes italianos, como el Bar Cordano (frente a Palacio de Gobierno), el Bar Queirolo (en el boulevard Quilca, así como en Pueblo Libre) y el Juanito (fundado en 1937 por Juan Casusol), un popular y concurrido local de venta de sandwiches y licores en Barranco; entre otros.


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(1) Giovanni Bonfiglio: Italianos en Perú. En "Mundos Interiores", de Aldo Panfichi, Universidad del Pacífico, 2004.
(2) Rocío Otoya: Histórico Bar Juanito. disponible en http://www.terra.com/noticias/articulo/html/act873002.htm

* Fotografía de empleados del Bar Cordano, tomadas del programa "A la vuelta de la esquina", canal Plus.

Bomberos Italianos en Perú



Corría el año de 1866 y una serie de incidentes previos (incluyendo un incidente con inmigrantes vascos en la hacienda de Talambo) habían ocasionado la presencia de una escuadra española en el Callao e iniciado la Guerra con España.

La Municipalidad de Lima convoca a las colonias europeas afincadas a formar compañías de Bomberos Voluntarios, acá hay algo que remarcar y es que en aquella época y hasta principios de siglo XX las compañías de Bomberos Voluntarios tenían entre sus funciones además de la de apagar incendios, la de constituir una especie de "Guardia Urbana" a fin de proteger la ciudad de saqueos y desmanes, veremos que en fotografías de la época los bomberos iban armados de sables o garrotes, además de sus típicos trajes coloridos.

Es así que el 15 de abril de 1866 se inaugura la Bomba "Roma". Con posterioridad el 28 de octubre de 1868 se funda la Compañía de Bomberos "Bellavista" (actualmente "Italia"), el 13 de octubre de 1872 se fundó la Compañía de Bomberos "Garibaldi" en Chorrillos y el 25 de Enero de 1873 la Compañía "Garibaldi"en el Callao. Asimismo, se fundaron compañías de Bomberos de otras colonias como la Bomba France fundada el 20 de abril de 1866, la British Fire Brigade ("Victoria") fundada en 1873, la Bomberos Española "Salvadora Iberia" fundada en 1872, entre otras. Algunas de ellas continúan funcionando hasta la actualidad, como las primero mencionadas.

Durante la Guerra del Pacífico existió un trágico incidente que involucró a bomberos italianos. En 1881, luego de la batalla de Chorrillos, es conocido por la historia que las tropas chilenas prendieron fuego al opulento balneario. Y en un confuso incidente, elementos de la Compañía de Bomberos Garibaldi de Chorrillos, con sus trajes coloreados y apagando incendios, fueron tomados por los chilenos como una columna de "garibaldinos" luchando contra ellos, siendo hechos prisioneros.

Es asi que se mandó fusilar a los bomberos italianos siendo sus nombres:

ENRICO NERINI
LORENZO ASTRANA
GIOVANNI OGNIO
FILIPPO BARGNA
GIO BATTA LEONARDI
EGIDIO VALENTINI
GIOVANNI PALI
ANGELO CIPOLLINI
ANGELO DESCALZI
PAOLO MARZANO
LUCA CHIAPPE
PAOLO RISSO
GIUSEPPE ORENGO.

Sus restos reposan en el Camposanto de Chorrillos (ahora en Surco) y muchos de sus descendientes viven hasta hoy.

NOTA: Revisando sobre el tema encontré un documento de wikisource, en donde se refiere que los inmigrantes italianos tenían una estricta orden de neutralidad dada por su cónsul durante la guerra del Pacífico, esto no fue óbice para que los Bomberos de la Garibaldi Chorrillos aquel 13 de enero de 1881, ante el incendio y la destrucción del balneario, salieran a apagar incendios, durante la confusión del momento fueron muertos por las tropas chilenas Ognio, Cipollini, Leonardi, Nerini y Chiappe, y apresados Angelo Descalzi, Giuseppe Orengo, Egidio Valentini, Lorenzo Astrana, Paolo Marzano, Paolo Risso, Giovanni Pali y Filippo Bargna; quienes fueron fusilados la mañana del 14 de enero, acusados de alta traición y de formar parte de una "columna de garibaldinos" hostiles a las tropas chilenas.

Asimismo, Pascual Ahumada en su "Guerra del Pacífico:Colección de documentos inéditos..." menciona textualmente el siguiente telegrama:



En ese mismo texto en el parte redactado el 16 de enero de 1881 por el ejército chileno sobre la batalla de Miraflores, se menciona textualmente lo siguiente:

"...No debo omitir una circunstancia grave de suma importancia para la historia de la guerra. En el interior de varios de los reductos tomados al enemigo y detrás de sus largas trincheras, veíanse muertos muchos oficiales y soldados cuyo tipo demostraba a primera vista su nacionalidad estranjera.- Eran italianos en considrable número, que debieron formar parte de grandes lejiones de la Reserva de Lima, i algunos españoles.- Los italianos, sobre todo, se hallaban en gran multitud, se tropezaba con ellos a cada paso, pudiendo colejirse, a juzgar por el lugar en que se les veía cadáveres que se habían batido con más tenacidad que los mismos peruanos. En uno de los fuertes de la izquierda enemiga, al pie de unos cañones, había un grupo de 12 italianos muertos, con pantalón colorado y levita negro. Yo creo que debían ser artilleros y formar alguna lejión especial, pues entre ellos vi dos gorras de paño finas, que llevaban sobre la vicera una plancha roja con letras doradas, las cuales decían:-Garibaldi...

Un prisionaero me refirió que la tal lejión Garibaldi era de bomberos italianos, i eso es mui posible, porque en varios otros sitios de los atrincheramientos se encontraban muchísimos cascos negros de cuero impermeable con fiador escamado de bronce, como los que algunos de nuestros bomberos usan....

Necesario es que quede constancia de este hecho evidente, que mas de una vez tendrá que recordarse con amargura por los compatriotas de aquellos desventurados mercenarios, esterminados en el campo de batalla..."


Vemos como se cataloga a los bomberos fusilados como fuerza beligerante. ¿Error fortuito o adrede? Dado que los bomberos eran bomberos y no artilleros o efectivos militares al servicio de las fuerzas peruanas, definitivamente el tema da para mucho, mucho más.





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* Fotografía de Eduardo Salazar, del Mausoleo ubicado en el Cementerio de Chorrillos (ahora en Surco).