sábado, 28 de marzo de 2009

La expedición del General Flores


General Juan José Flores

Sobre el destino trágico de los inmigrantes alemanes traídos por Rodulfo, existe un punto que se menciona en varios textos pero que investigando un poco más a fondo se encuentran discrepancias (como con el destino de aquellos que se integraron a las expediciones colonizadoras del Amazonas).

Schulze en su libro "Alemania y América" (Novak también lo señala así) menciona que del millar de alemanes , la mitad fallecieron medio año después debido a las enfermedades tropicales, el clima sofocante en las haciendas costeñas y el trabajo inhumano. Y textualmente señala que:

"De los supervivientes, 60 ingresaron al ejército, 120 formarían parte de la expedición de Bartolomé Flores y el resto se esparció por todo el país"


Ravines señala además que para 1857, los pocos sobrevivientes de esta inmigración, se unieron a los 300 tiroleses y prusianos en su expedición hacia Pozuzo. Contreras en su "Aprendizaje del capitalismo" más bien señala que los 1096 alemanes llegaron para ser conducidos a Iquitos, pero que solo alcanzaron Moyobamba unos cuantos, mientras que el resto mendigaba en Lima la caridad pública. Esto como hemos visto, no es del todo cierto, sobre todo porque los alemanes de Rodulfo no fueron traidos exclusivamente para ir al Amazonas, más bien una buena cantidad de ellos al no tener otra opción se enrolaron en estas expediciones colonizadoras y llegaron hasta Caballococha.

Habicher-Schwarz habla además de que a algunos de estos inmigrantes se les trasladó a las islas guaneras, otros al servicio militar y alrededor de ciencuenta fueron "subastados" públicamente en un diario local.

Sin embargo, Bartolomé Flores (Bartolomeus Blumenthal), nacido en 1506 en Alemania, fue un socio y carpintero miembro de las huestes del español Pedro de Valdivia, quienes se lanzaron en el siglo XVI a la conquista de Chile. Personaje notable en el país del sur, fue nombrado procurador de la recientemente fundada Santiago de Nueva Extremadura, casándose con la hija de un cacique llamada Elvira de Talagante, dueña de Quilicura, y a su muerte en 1585 dejó estas tierras estas tierras su hija, Águeda Flores, la cual se casó con otro alemán llamado Pedro Lisperguer, conformando el tronco de una de las más antiguas familias chilenas.

Entonces, es un error el mencionar que un centenar de los inmigrantes alemanes traídos por Rodulfo fueron enrolados en la expedición de "Bartolomé" Flores. Más bien, la expedición en la cual se enrolaron fue en la del General Juan José Flores.

Juan José Flores nació el 19 de julio de 1801 en Puerto Cabello en Venezuela. Fue uno de los caudillos colombianos en la guerra de 1829, alcanzando notoriedad por sus proclamas atrevidas. Fue elegido como Prefecto General del Sur de Colombia, pero para mayo de 1830 declara la independencia de Ecuador, constituyéndose en su primer jefe de estado. Luego de múltiples correrías y coup-de-etáts, se asila en Lima el 10 de julio de 1851, durante el gobierno de Echenique, quien lo apoya de manera solapada. Durante su estancia en Lima, guarda una cuidadosa posición diplomática y entra en los círculos sociales más altos de la ciudad. Flores, personaje contradictorio, había sido también sindicado en el pasado de haber estado intrigando una posible intervención española en Ecuador con fines monárquicos.

Estando en Lima, Flores organiza una expedición contra el gobierno del General Urvina (a la sazón, jefe de gobierno de Ecuador). El Presidente colombiano López señala en su Mensaje del 1 de marzo de 1852 al respecto:

"Desgraciadamente el General Urvina, que en calidad de Jefe Supremo ejerce el poder público en Ecuador, ha tenido que luchar con graves dificultades para asegurar el orden, pues que la residencia en Lima del ex general Flores, cuyas pretensiones de subyugar al pueblo ecuatoriano y aun someterlo a una potencia europea, son bien conocidas en América, mantiene en constante zozobra a aquel país, cuyas libertades y nacionalidad están amenazadas."


Contando como hemos dicho, con el apoyo de algunas personalidades peruanas, Flores prepara su expedición y es en ésta donde se enrola un centenar de los inmigrantes traídos por Rodulfo, debido al abandono y el desempleo. Esta flotilla zarpó el último día de febrero de 1852 del Callao y de Ancón, compuesta por el vapor “Chile” (comprado a la Compañía Inglesa de Navegación, con parte de un préstamo dado por Echenique), el bergantín “Almirante Blanco”, la fragata “Luna” y la barca “Esperanza” con un número desconocido de marinos y soldados de diversas nacionalidades –unos pocos centenares de chilenos y muchos europeos- que hizo ancla previamente en las islas de Lobos, para llegar a Puná el 8 de abril. El 18 de julio la tripulación del “Chile” se amotina y entrega la nave a las autoridades de Guayaquil. Hacia el 20 de julio, Flores, que había desembarcado y llegado hasta Santa Rosa y Machala, se refugia nuevamente en Tumbes viendo la partida perdida.

El Gobierno peruano se desentendió del problema de modo que el Ministro de RREE, J. Tirado, ordena al gobernador de la provincia litoral de Piura que a los extranjeros no se les permitiese establecerse en el país y que a los peruanos participantes de la revuelta se les abra juicio por alterar la paz pública y que Flores mismo fuese deportado. Sin embargo, en 1855 el general Flores regresaría al Perú durante el gobierno de Castilla, asignándosele una pensión de 400 pesos mensuales a fin de que "no tuviese pretexto monetario de seguir conspirando", para abandonar el Perú definitivamente en 1860 en una nueva campaña hacia el Ecuador. Muere en 1864 en una campaña militar en suelo ecuatoriano.

El propio Ramón Castilla en 1852 dirige una comunicación a Antonio Elizalde, a la sazón Encargado de Negocios ecuatoriano en Perú (fue publicada en “Para la historia de la administración de Echenique. Documentos encontrados a bordo del vapor “Chile” y declaraciones tomadas con motivo de la expedición floreana". 1858). Este texto señala lo siguiente:

República Peruana. Lima, 10 de mayo de 1852.
Al Señor General Encargado de Negocios del Ecuador en el Perú, D. Antonio Elizalde.
... es tan pública y notoria la existencia y formación aquí de la enunciada expedición que, el Gobierno ha expedido la orden para que el jefe de la obra, el General Flores, se interne en el valle de Jauja... en esta capital han sido enganchados por los agentes del General Flores entre algunos vagos, Augusto Germinal y Augusto Koc, inmigrados que por viciosos despedí de mi servicio y puse a disposición de D. Antolín Rodulfo. En el Callao, burlando sin duda la vigilancia de las autoridades de aquel puerto, se aprestan buques, se embarcan armas y pertrechos de guerra y veo que han zarpado uno o dos de aquellos con artículos de esta clase, con dirección al norte. Por los pasajeros que ha conducido el último vapor se sabe que en Chile se practicaban idénticos aprestos y que podrían ascender a 400 el número de colonos que a nombre del General Flores se enganchaban para aumentar la población del Ecuador…


Vemos así como realmente el destino de los inmigrantes traídos por Rodulfo fue variopinto, pero en ninguno de los casos fue el destino que les fue prometido.







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(1) Las relaciones internacionales entre Perú y Colombia: Memorias de ruptura, imágenes de amistad. Escrito por Juan Miguel Bákula 1997.
(2) Alemania y América. Ingrid Schulze Schneider, 1995
(3) Pozuzo: Tiroleses, renanos y bávaros en la selva del Perú (Elisabeth Habicher-Schwarz) 2008
(4) Estuardo Núñez. 4 Viajeros alemanes al Perú. Relaciones desconocidas de: W. Bayer, K. Scherzer, F. Gerstaecker y H. Zoller. Fondo Editorial de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, 1969.
(5) Migración y colonización en el Perú: Preámbulo necesario (Rogger Ravines, Boletín de Lima 1998, número 114)

"Los alemanes de Rodulfo"


Muelle del Callao - S. XIX

Una vez promulgada la Ley de Inmigración de 1849 (la cual analizaremos en detalle en un futuro post) se recibieron varias propuestas migratorias. La más polémica, la de Domingo Elías y los coolíes, pero de la que hablaremos en este post será de la propuesta de José Antolín Rodulfo.

Rodulfo era un hombre de negocios, político y aficionado a las letras, gran amigo de Felipe Pardo y Aliaga, natural de Panamá e hijo de un comerciante genovés. Se casó en 1840 con la dama limeña Francisca López y Gallo, teniendo cinco hijos, uno de ellos fue Ignacia Rodulfo viuda de César Canevaro, quien tuvo una participación filantrópica importante a fines del siglo XIX.

Rodulfo se asienta en Lima y comienza a tener participación activa en la vida social y política del Perú. Junto con Felipe Pardo y Aliaga a fines de 1828 ocupa la dirección del nuevo "Mercurio Peruano", fundado el año anterior por José María Pando, frecuentando a Hipólito Unánue, Manuel Ignacio de Vivanco y el español José Joaquín de Mora entre otras personalidades de la época. Fue también socio de la Junta General de Beneficencia junto con José Canevaro (Cónsul del Reino de Cerdeña en el Perú), José María Pando, Félix Valega.

Antes de la abolición definitiva de la esclavitud en el gobierno de Castilla (recordemos que en 1821 al independizarse el Perú se decretó que "nadie nace esclavo en el país" de modo que los últimos esclavos que quedaban eran aquellos traídos durante la colonia) el 17 de setiembre de 1845 registra en sociedad con José Agustín Alegría ante notario pública, una compañía par introducir esclavos del Chocó, habiendo "comprado" Alegría ya 480 esclavos listos para traerlos al Perú, sin embargo este negocio fue cancelado. En 1848 lanza una propuesta para la construcción del Ferrocarril Lima-Callao, la cual fue declarada nula por un asunto financiero.

Es así que llegaron los días de la Ley de 1849 y el 20 de setiembre de 1850 se acepta su propuesta de traer inmigrantes europeos, con la prima de 30 pesos por inmigrante traído. Para ello, viaja a Europa y en Berlín el 15 de agosto de 1851 da una conferencia (en idioma francés) en la Asociación para la Centralización de Emigrantes alemanes, la cual fue recibida con mucho escepticismo ya que no hablaba de propuestas concretas sino de generalidades. Al respecto Duval señala:

"El gobierno dice Rodulfo, cree que la propiedad de la tierra es la principal atracción de la emigración alemana, y se pensaba proceder a la medición y la posterior venta de tierras públicas, pero se mantuvo por un momento este régimen a prueba, garantizando a los emigrantes a su llegada, una posición lo suficientemente lucrativo como trabajadores, jornaleros, jardineros, domésticos y después de algún tiempo empleado en estas condiciones, aclimatados, acostumbrados a los modales y el idioma, con algo de capital, adquirir la tierra y crecer con más éxito.

Con este ideal un gran número de comerciantes del Perú se unen para fijar los sueldos que se asignará a los inmigrantes alemanes con tarifas sujetas a la aprobación del gobierno. La duración del compromiso será de cinco años, dándose por terminado el contrato con el pago anual de 16 dólares fijados como reembolso de los anticipos del patrón. Independientemente de estos emigrantes, cualquier extranjero es libre de ir a Perú, a su propio riesgo, y el gobierno se hace cargo del precio de pasaje, con excepción de la devolución gradual a una tasa de 2 dólares al mes.

Al mismo tiempo que el gobierno peruano hizo la contratación de inmigrantes en Alemania, se dirigió a Irlanda, a por el primer grupo de trabajadores, y se ordenó trabajar para traer el agua en algunos lugares especialmente designados para la instalación. Llegaron 320 irlandeses. Los alemanes fueron los más numerosos, cerca de un millar fueron a Perú en el año 1851, pero el flujo no se repitió el año siguiente, debido a las historias de la difícil situación de los inmigrantes conteniendo detalles dolorosos, a veces miserables..."


Es así que un contingente de 1096 alemanes (otros señalan que 1100) procedentes del ducado de Wurtemberg, junto con 320 irlandeses, viajaron al Perú y llegaron al Callao entre diciembre de 1851 y marzo de 1852 a bordo de los veleros Ohio, Pauline, Julie, Europa y Misisipi ("los cinco veleros"). Sobre los irlandeses, la mayoría de ellos fueron contratados para las haciendas de La Legua en el Callao de Juan Gallagher (aunque la gran mayoría de ellos fallecieron o abandonaron el país rumbo a Australia o de regreso a Europa). Sobre los llamados luego "alemanes de Rodulfo" poseían contratos transferibles por un plazo de 6 años y una remuneración de 8 pesos mensuales, mas alojamiento y alimentación; pero casi ninguno pudo resistir el rigor de los trabajos asignados, lo cual sumado a la mínima remuneración, la no comprensión del idioma y maltratos por parte de sus "propietarios", hizo que para el año siguiente más de 600 murieron. Inclusive, cincuenta inmigrantes no pudieron ser colocados por Rodulfo en ningún trabajo y fueron ofrecidos en un aviso de "El Comercio" a subasta pública (!).




Las primeras reclamaciones consulares se encuentran en el Registro Oficial de 1853:

"Ministerio de Gobierno, Lima a 4 de enero de 1853.
Señor Intendente de Policía:

El Señor Cónsul de Hamburgo se ha dirigido a éste Ministerio para exponer que el alemán N. Sahll, de los inmigrados que fueron traídos con autorización del gobierno por Antolín Rodulfo, que había sido contratado al servicio del dueño de una fábrica de velas junto con su mujer, fue maltratado de obra por el patrón, y que habiéndose conducido este incidente al conocimiento de la Intendencia, el mencionado alemán fue puesto en un cuartel en donde ha sufrido nuevos maltratos. Me dirijo a Ud. por petición del Sr. Cónsul expresado, para que me informe de lo que haya en este asunto.

Debo con esta ocasión hacer presente a Ud. Que independientemente de interés nacional, que es el de ofrecer a la inmigración útil las seguridades de un trato justo el cual es conforme además con los sentimientos humanos del país y su índole hospitalaria para con los extranjeros, no puede prescindirse de las garantías comunes a todo hombre en el Perú, de que no pueda ser castigado sino por disposición de la ley y por los funcionarios y personas a quienes ésta autoriza.

Se recomienda pues a Ud. de un modo muy especial el que de acuerdo con las buenas ideas del gobierno, cele en que no se practiquen abusos en esta materia, mucho menos tolerables, cuanto que existe para favorecer la acción de los particulares en apoyo de sus derechos la autoridad de la policía y de otros funcionarios, a los que deben ocurrir en casos de faltar a los contratos; y que el empleo de los maltratos individuales en estos casos además de ser un desorden, traería consigo el descrédito de la autoridad de la que no puede prescindirse para obtener los remedios legales a fin de mantener la armonía civil. Dios guarde a Ud. José Manuel Tirado."


Existen dos casos señalados en el interesante catálogo de Diana Millies, que por su crudeza describen claramente las condiciones de los alemanes. El primero es el caso de Ursula Lang, ciudadana suiza quien con su familia se unió a los inmigrantes de Wurtemberg, quien en octubre de 1852 fue encadenada por Tomás Villalba, hacendado de Huampaní, debido a repetidos intentos de fuga, siendo liberada por una partida a caballo de ciudadanos alemanes armados. Otro caso tristísimo es el de Tobías Hochwind, alemán de profesión horticultor de acuerdo a los archvos del estado de Baden-Wurtemberg, quien falleció de "abandono y hambre" (neglect and starvation, en su acta de defunción).

Debido a las notas de protesta de los diplomáticos alemanes en Perú, a los esfuerzos de Hermann Woldt (traductor alemán afincado en el Callao), y por la presión de los mismos incluyendo al cónsul de Bremen Juan Gildemeister, se rescindieron los contratos y se "liberaron" a los alemanes, aunque este proceso tomó hasta un par de años en las haciendas de Casma, y la agencia marítima de Bremen accedió a llevar a Valparaíso o de regreso a Alemania a los inmigrantes que así lo quisiesen. Otros se dispersaron hacia Panamá y California, otros fueron a buscar trabajo a las islas guaneras, las salitreras de Iquique, formaron parte de las expediciones al Amazonas de 1853 y la expedición del General Flores (tocando el tema Ramón Castilla le escribe al Encargado de Negocios de Ecuador en Perú, D. Elizalde, lo siguiente "en esta capital han sido enganchados por los agentes del General Flores entre algunos vagos, Augusto Germinal y Augusto Koc, inmigrados que por viciosos despedí de mi servicio y puse a disposición de D. Antolín Rodulfo", luego desarrollaremos el tema de la expedición de Flores)

Sobre el destino de ellos en el catálogo de Millies se señala lo siguiente:

"El periódico Deutsche Auswanderer-Zeitung informó: “No es ningún acto benéfico haber traído inmigrantes alemanes a este país y desgraciadamente acá nadie puede brindarles ayuda significativa. Sesenta de los alemanes se enrolaron en el ejército y eso por pura miseria, ciento veinte más fueron prácticamente comprados por Flores para integrar su expedición, ochenta de ellos se los llevó un hacendado para sus tierras y cuarenta trabajan en las islas guaneras llevando la vida más miserable y espantosa que uno se pueda imaginar… tienen mejor suerte aquellos que están en cárceles en Alemania que los que trabajan en las islas… cien ya murieron de fiebres y fueron enterrados como animales puesto que son protestantes y no hay dinero para sepultarlos en Bellavista, los tiran en un hueco detrás del cementerio católico… muchos de ellos han sido encarcelados sin razón alguna, debido a que los amos no se entendieron con sus sirvientes ya que no dominan el idioma español".


Estos incidentes llevaron a una pésima reputación del Perú como país de destino de emigrantes alemanes, en palabras de Duval la inmigración a cargo de Rodulfo se podría resumir así: "y los inmigrantes que le fueron de Alemania han llenado ambos mundos con el ruido de sus quejas y de sus querellas”.

A continuación una lista obtenida de Landesarchiv Baden-Württemberg - Auswanderung aus Südwestdeutschland. Es una lista parcial, puesto que el número de inmigrantes superó el millar, muchos de ellos vinieron acompañados de sus esposas e hijos a labrarse un futuro mejor en el Perú. De los sobrevivientes, algunos de sus descendientes viven hasta hoy y figuran en las Guías de domicilio reseñadas anteriormente.

Adam Friedrich Bauer
Bernhard Bauer
Johann Georg Hirth
Elisabeth Barbara Bauer
Johannes Bauer
Georg Bauz
Gottfried Beck
Joseph Becker
August Blank
Freidrich Blank
Johannes Blankenhorn
Friedrich Böbel
Georg Böbel
Jakob Bronner
Joseph Bührle
Johan Georg Burger
Freidrich Daferner
Gottlieb Damsohn
Karl Dörflinger
Johann Georg Ebner
Johannes Ehmann
Michael Johann Ehmann
Christian Eisele
David Ellwanger
Johann Jakob Färber
Katharina Fellmeth
Jakob Friedrich Fellmeth
Jakob Philipp Fellmeth
Johannes Fetzer
Johann Georg Fischle
Jakob Frank
Johannes Frey
Friz
Georg Friz
Leonhard Geiger
Mathäus Siegle
Gottlieb Greiner
Johann Georg Hahn
Johann Georg Hahn (jun.)
Johannes Hahn
Frid. Gunser
Ludwig Freidrich Hammer
Johann Georg Haussmann
Karl Heinle
Johann Karl Heinrich
Johann Georg Henzler
Johannes Hess
Marcus Tobias Hochwind
Johannes Holl
Johannes Holzwarth
Johannes Hoss
Johann Christof Huber
Gottfried Ischinger
Michael Kehrer
Friedrich Klink
Veronika Klink
Jakob Klotz
Johann Georg König
Johannes Krohmer
Ludwig Kürner
Christiane Kuhnle
Michael Kurz
Anna Maria Lachenmaier
Dorothea Lachenmaier
Johann Georg Lang
Johannes Langenbach
Barbara Lepple
Johannes Luik
Magdalena Mayer
Karoline Mayer
Johannes Maier
Johannes Maier
Johann David Mayer
Josef Friedrich Maier
Michael Maier
Salomo Maier
Sanuel Maier
Eva Rosina Maurer
Michael Möck
Johnn Philipp Mödinger
Jakob Muckenfuss
Gottlob Müller
Margarethe Nägele
Urban Walter
Jakob Nagel
Johannes Oppenländer
Michael Ortlieb
Salomon Ottenheimer
Johannes Pfisterer
Friedrich Rapp
Matthäus Reinhardt
Michael Reiser
Eberhard Reiser
Christian Reutter
Matthäus Rothweiler
Johann Ludwig Sauereisen
Barbara Sautter
Karoline Sautter
Christoph Schäufele
Christof Schall
Ludwig Schall
Katharina Schanbacher
Christian Scheurer
Andreas Schief
Gottlob Schlegel
Gottfried Schmid
Michael Schniepp
Louise Scholl
Karl Gottlob Schroth
Daniel Schwarz
Johannes Schwarz
Johann Georg Schwarz
Johann Jakob Schwarzkopf
Daniel Schweizer
Johann Georg Schweizer
Peter Schwinger
Christiane Spieth
Jonathan Staib
Jakob Steiner
Gottlob Stoll
Anna Maria Straub
Christine Margarethe Straub
Georg Michael Strohmeier
Christian Stürner
Gottfried Traub
Gottlieb Uhlmann
Friedrich Ulmer
Sebastian Ulrich
Christian Vogel
Johann Michael Vogel
Peter Wohlfarth
Georg Johann Wolpert
Johannes Zaise
J. Georg Zehnder
Johann Georg Zoller

Para 1860 y luego de también haber participado en la frustrada colonización del Amazonas de 1853 como "supervisor", José Antolín Rodulfo elabora un proyecto solicitando privilegio para establecer un banco de emisión y descuento, siendo sus bases “deleznables”. Fallece en Lima en 1869.






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(1) Alemania y América (Ingrid Schulze, 1995) Editorial Mapfre.
(2) Migración y colonización en el Perú: Preámbulo necesario (Rogger Ravines, Boletín de Lima 1998, número 114)
(3) Imigração estrangeira para o Peru (1850-1930) – Luis Miguel Glave e Claudia Rosas Lauro. Em Fazer a America (Boris Fausto).
(4) Pozuzo: Tiroleses, renanos y bávaros en la selva del Perú (Elisabeth Habicher-Schwarz) 2008.
(5) Echando raíces (Diana Millies) Fotografía de "El Comercio" tomada de aquí
(6) J. Duval. Histoire de l'émigration Européenne, Asiatique et Africaine, París,
1862
(7) Agentes de su propia libertad (Carlos Aguirre) 1993
(8) Juan de Arona: La inmigración en el Perú (1891)

jueves, 19 de marzo de 2009

La colonización del Amazonas (II)


Catarata en Perú


Selva del Perú (ilustrada por el célebre francés Riou, dibujante que ilustró varios libros de Julio Verne y Edgar A. Poe)

Como mencionábamos en el post anterior, el proyecto de colonización a gran escala planteaba inicialmente como principal tierra de destino la vertiente oriental de los Andes, es decir, los valles del Amazonas. Zona rodeada de misterios y leyendas (inclusive en la actualidad), escasamente poblada y que durante la colonia había recibido poca atención, se presentaba dada la vastedad de sus regiones para el asentamiento de numerosas colonias.

Claro está, que para este asentamiento dadas las características de la ausencia de caminos, las rutas de comunicación se planteaban por vía fluvial. Es así que para 1853, el año el que se produjo el primer intento colonizador de la Amazonia, se lleva a debate en el Congreso la ampliación de un Tratado de Navegación ya suscrito en 1851 con el Imperio del Brasil; dentro de lo debatido se hallaba el tema de la navegación fluvial, sobre la exclusividad de las contratas y acá extraigo algunos artículos de un proyecto de contrato presentado para su aprobación:

Los abajo firmados, ciudadano de la república del Perú D. Evaristo Gomez Sanchez, encargado por su gobierno del canje de las ratificaciones de la convención de comercio y navegación fluvial, celebrada entre la dicha república y el imperio del brasil, y al ciudadano brasileño D. Ireneo Evangelista de Sousa, en calidad de Presidente de la compañía de navegación del Amazonas, formada en esta plaza de Rio de Janeiro en 9 de setiembre del corriente año -1852- desean arreglar de manera ventajosa para el Perú y la empresa el modo de llevar a cabo la expresada navegación del Amazonas y la de los ríos interiores de la República concluyentes de aquel, han convenido y ajustado lo siguiente, que queda pendiente de la aprobación del gobierno del Perú:
Art.4 – cuando los barcos de vapor de la compañía no completasen el viaje redondo, que es de la ciudad de la Barra en la embocadura del río Negro, al punto de Nauta, y de éste otra vez a aquella ciudad, se abonará tan sólo a la Compañía, la cantidad correspondiente a la distancia navegada, calculada por el número de millas en relacion al precio del viaje redondo.
Art.17 – Como en el fin del tercer año de esta contrata el Gobierno del Perú y la compañía de navegación y comercio del Amazonas deben tener ya una experiencia tal de la empresa, que los ponga en actitud de renovar a aquella y extenderla a mayor número de años, el Gobierno del Perú por su i o petición de la compañía, lo declarará así, procediéndose en consecuencia a la renovación del contrato, con las modificaciones que se creyesen oportunas. En este caso, la compañía se obliga a fundar en el litoral del Perú, que baña el Amazonas, y en las márgenes de los ríos interiores de la República, diez colonias de extranjeros que deberan ser de la nación que el Gobierno peruano designe. Para este fin se darán gratuitamente a la compañía la porción de terreno necesario.
Art. 18 – Las colonias que la compañía funde gozarán de las mismas ventajas y exenciones económicas que se concedieren a iguales establecimientos en la República del Perú o mayores, y mas especiales si las circunstancias especiales o las conveniencias públicas y de la compañía asi lo exigieran. Además de esto, el gobierno del Perú protegerá a la compañía en todo cuanto tienda a facilitar los contratos, venida y establecimiento tanto de los colonos mencionados como de los misioneros que eche mano para el mayor éxito de la colonización, y removerá cualesquier embarazos que se opongan a la marcha y desenvolvimiento de la misma, precediendo la solicitud de la compañía.
Art. 19 – Conviniendo a la empresa de inmigración y colonización de las vastas regiones del interior del Perú y a la exportación de sus raras producciones que aquellas y estas sean conocidas del mundo todo, especialmente de las naciones industriosas de la Europa, la compañía deberá procurar con el mayor ardor que sean conocidas aquellos territorios y esos productos, haciendo publicaciones por su cuenta mediante la prensa, exportando en sus barcos las muestras de los frutos que constituyen la riqueza entre los tres reinos de la naturaleza y adoptando cuantas medidas estén a su alcance.


Dicho contrato no fue suscrito, ni ninguna empresa intentó establecer colonias amazónicas excepto el tema tratado anteriormente sobre los italianos de Chanchamayo traídos por M. Kenzie alrededor de 1890. Un punto importante para hacer efectiva y dinámica la colonización del Amazonas es la navegación fluvial y lo que ello necesita, los barcos. Para esto el Perú suscribió en 1851 un tratado internacional con el Brasil, estableciendo la libre navegación a lo largo del río amazonas, exonerando de los derechos de importanción a los vapores de ambos estados que los surcasen, comprometiéndo a ambas naciones a contratar conjuntamente los servicios de una compañía de vapores la cual debía hacer viajes regulares desde Belén de Pará (en la desembocadura Atlántica del Amazonas) hasta el puerto peruano de Nauta; para ello el gobierno peruano encargó la construcción de dos vapores en Estados Unidos en 1853 y el Brasil contrató los servicios de la Amazon Navigation Company, la cual en el curso de los cinco años siguientes la compañía sirvió a ambos países siendo subsidiada por estos.

El 14 de marzo de 1854 llegaron a Loreto los vapores peruanos "Tirado" y "Huallaga" -los primeros que con bandera peruana surcaron el Amazonas- de 80 y 50 toneladas respectivamente, hechos en Estados Unidos, y demostraron estar mal diseñados para su empleo en la región. Fueron construidos a propuesto de José Whitmore y vinieron en piezas para armarse en Pará. El 18 de marzo de 1853 Whitmore presenta su propuesta de construcción, ofreciendo mediante la entrega de 75 000 pesos construir dos barcos de vapor de río del tonelaje antes mencionado, aceptándose dicha propuesta con las condiciones de que cada vapor tenga montado un cañón de calibre igual al de la fragata "Amazonas", a fin de que representen en los puertos fronterizos y ríos interiores la autoridad nacional y que exploren estos ríos, iniciando el comercio fluvial en toda su longitud, facilitando la comunicación acuática por el Pozuzo y el Huallaga, evitando las dilaciones y penalidades del camino de aquel entonces existente entre el Departamento de La Libertad y de Amazonas.

Sobre el destino de estos dos vapores, Mateo Paz Soldán en su "Geografía del Perú" (1862) describe lo siguiente:

"El río Huallaga: Bastante caudaloso, desciende de las alturas del Cerro de Pasco, es bavegable por barcos de vapor hasta los Pongos de Chasuta, desemboca en el Marañón cinco leguas más abajo del puerto de La Laguna. El Vapor Tirado ha surcado ya este río, desde la unión con el Marañón hasta el puerto de Yurimaguas, sin encontrar embarazo alguno en él..."

"En el año de 1853 el Gobierno del Perú, queriendo proteger la industria naciente de la provincia litoral de Loreto, mandó construir a los Estados Unidos dos pequeños vapores, el Huallaga y el Tirado, con el objeto de facilitar la navegación de los ríos de la provincia que nos ocupa; pero desgraciadamente por su mala construcción, se perdieron prontamente, quedando abandonados desde el año de 1856, cuyos restos se pueden ver todavía sobre las playas de Nauta y de Omaguas..."


Luego de una guerra con Ecuador, en 1861 el Perú contrató la construcción en Inglaterra de cuatro embarcaciones, los vapores Morona, Pastaza, Napo y Putumayo, los dos últimos encargados de la exploración y cartografía del Amazonas y los dos primeros destinados al comercio fluvial interno y al uso militar -en 1860 el tratado de libre navegación con Brasil fue cancelado-.


Indio con cerbatana

Luego del fracaso de la expedición de 1853, se replanteó la estrategia colonizadora, dándole preferencia a la colonización de los valles más próximos a los Andes, como el proyecto de Pozuzo, cuyo gestor fue Kuno Damian Schutz, noble de Camberg y nacionalizado peruano en 1853. En su interesante libro "Der Amazonas" describe la experiencia que vivió dicho año y luego en 1857, al suscribir el contrato que terminó en el establecimiento de la colonia de Pozuzo:

"Esta colonia -Pozuzo- fue fundada por mí mismo en 1857, cuando cometí el error de creer en la consistencia y en las promesas de un gobierno criollo, que no cumplió sus contratos sino muy imperfectamente, sobre todo en lo relativo a la construcción de caminos."

"Kuno Damián barón de Schutz y Holzhausen... en setiembre de 1852 desembarcó en el Callao y se unió conforme al deseo del primer Ministro peruano -Tirado- a la expedición que enviaba el gobierno en 1853 a fundar una colonia en el bajo Marañón en la frontera con Brasil. El camino que siguió la expedición fue de Trujillo, Cajamarca, Chachapoyas, Moyobamba en el Huallaga, de aquí se ganó el Marañón en balsas. En Caballococha se separó el barón de la expedición y navegó el Amazonas en canoa hasta Manaos, desde donde hasta la desemboadura del río aprovechó un vapor. En este penoso viaje a través de América del sur adquirió la convicción el infatigable zapador de que la comarca del bajo Marañón y sus afluentes estaba apropiada para una colonización europea y presentaba favorables aspectos...



Dama de la localidad de Nauta

Dentro de la segunda expedición colonizadora de 1853 se encontraban varios extranjeros. En el Registro Oficial de dicho año se señala lo siguiente:

Lima, julio 25 de 1853. Debiendo marchar al territorio de Loreto de cuenta del Estado y en calidad de pobladores los norte-americanos Juan Dimiddie, Alejandro Ros, Jorje Enrique Hayden, Andrés J. Hazen, Enrique Freeze, Enós Cowles, Jorje Lord, Santiago L. Davenport, Eliás Kicktor, Guillermo Hogan, Enrique Hardi, J.H. Lee, G. Clark, Isaac N. Lay, Santiago Smith, Andrés Hathacoay y Juan Bruce: los italianos David Rondaneli y Agustín Cordiglia: los escoceses Samuel Anderson y Guillermo Muir, y el chileno José Vildózola, se les concede con arreglo al artículo 168 de la Constitución, la calidad de ciudadanos por naturalización: expídaseles la correspondiente carta y publíquese. Rubrica de S.E. – Tirado.


Qué fue de ellos, no lo sabemos. En base a lo que se comentó en el post anterior, probablemente abandonaron el Perú con rumbo a Brasil o regresaron a Lima. Otras propuestas recibidas para la colonización del Amazonas fueron las de Mauricio Kiechbach, quien en 1860 ofreció traer a 20 000 alemanes en un plazo de tres años, con rumbo a la localidad de Nauta, gozando los inmigrantes de numerosas franquicias y exenciones militares y aduaneras; dicha propuesta jamás se concretó, en parte por la negativa de los estados alemanes de permitir una inmigración de sus ciudadanos a territorios tan despoblados y de una manera tan desorganizada (concepción esta ganada por la triste experiencia de los alemanes de Rodulfo). Para 1862 el francés Félix Reneaut ofrece también colonizar el Amazonas, sin embargo su prpuesta fue denegada dado que él y sus asociados no ofrecían las garantías necesarias para asegurar el cumplimiento adecuado del contrato colonizador.







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(1) La Frontera domesticada: Historia económica y social de Loreto 1850-2000. Fernando Santos y Frederica Barclay. Fondo Editorial de la PUCP, 2002.
(2) La inmigración en el Perú. Juan de Arona 1891.
(3) Colección de leyes, decretos, resoluciones y otros documentos referentes al departamento de Loreto. Tomo V. Carlos Larrabure y Correa. Monumenta Amazónica, CETA 2007.
(4) Rejistro Oficial 1853
(5) Der Amazonas: Wanderbilder aus Peru, Bolivia und Nordbrasilien‎. Damian Freiherr Schutz zu Holzhausen, 1883 (Ilustraciones tomadas de este texto).
(6) Los ríos de la Amazonía peruana: estudio histórico-geográfico, político y militar de la Amazonía peruana y de su porvenir en el desarrollo socioeconómico del Perú. Guillermo S. Faura Gaig, 1964.

miércoles, 4 de marzo de 2009

La colonización del Amazonas (I)


Mapa del Amazonas

Una vez obtenida la independencia, la entonces joven República del Perú se embarcó en una corriente que recorría el continente, el tema de la inmigración.

A diferencia de otros países como Estados Unidos, Argentina y Brasil, el Perú presentaba una geografía accidentada, en donde las planicies o pampas no son muy abundantes. En la costa del Pacífico, la región con mayores vías de comunicación tanto terrestres como la ventaja del mar, la norma eran las haciendas, grandes extensiones de terreno dedicadas generalmente a cultuvos agrícolas y en unos pocos casos, a la ganadería. Esta región natural del Perú ya se hallaba copada por la oligarquía descendiente de los españoles y por los nuevos propietarios, generalmente caudillos militares y comerciantes, quienes más que inmigrantes dispuestos a convertirse en pequeños propietarios, necesitaban mano de obra barata ("semi-esclava"); los intentos de asentar una colonia en la región fueron funestos, tanto en el caso de las familias vascas de Talambo como los napolitanos traídos por Tomás Caivano a Ica, debido a las condiciones que se les imponían, similares a los coolíes, condiciones que los europeos no aceptaban de ningún modo.

En la región andina, contrariamente a lo que se propugnaba como causa de la necesidad de la inmigración, no existía un "vacío demográfico" el cual llenar con inmigrantes. Las ciudades como Arequipa, Cusco, Puno, Ayacucho y Cerro de Pasco contaban con suficientes peruanos como para no caer en la idea de la falta de población, y básicamente el negocio era la agricultura en pequeña escala y la metalurgia. En 1845 el empresario de Breslau (actual POLONIA) Carlos Pflucker trajo un contingente de diecisiete operarios alemanes procedentes del Hartz (región metalúrgica en Alemania central) para trabajar en Cerro de Pasco. Sin embargo, desavenencias con las autoridades locales y el sistema de trabajo hicieron fracasar el asentamiento de estos mineros extranjeros, con juicio de por medio, puesto que la idea era traerlos a manera de prueba para luego traer más inmigrantes alemanes.

En cambio, en la provincia conocida en aquel entonces como Provincia Litoral de Loreto, con escasos centros poblados y con una vasta cantidad de regiones inexploradas, fértiles y calurosas -cuando no endémicas de paludismo- pobladas de nativos amazónicos parcialmente contactados y con grandes ríos navegables que formaban una red de comunicación natural y confluían dando origen al Amazonas, el cual por la ruta del entonces Imperio de Brasil, llevaba al Atlántico, se pensó como la región ideal para asentar colonos europeos.

En base a ello se dió la ley del 21 de noviembre de 1832 por la que se estipulaba conceder gratuitamente a todos los que quisiesen establecerse en la región, peruanos o extranjeros, los títulos de propiedad de terrenos, desde dos hasta cuarenta fanegadas, de acuerdo a la capacidad de cultivo que tuviesen los nuevos propietarios. Y para el 25 de enero de 1843 se le encarga a las autoridades civiles, militares y eclesiásticas del departamento de Junín, que fomenten y protejan cada una por su parte, la empresa propuesta por el P. Fr. Manuel Plaza de abrir el camino del Pozuzo a Pasco y de mejorar el del Mairo al Pozuzo, proporcionando los auxilios necesarios para llevar a cabo estas obras, con miras a un futuro asentamiento de colonos. El 24 de mayo de 1847 en sesión congresal se votan 100 000 pesos para el reconocimiento de los ríos cuya navegación pueda facilitar las comunicaciones del interior con el Atlántico, 25 000 pesos para el camino del Cerro de Pasco al Pozuzo por la montaña de Huancabamba, y 25 000 pesos para el camino de Huánuco al Mayro.

Muy pocos europeos se aventuraron por su cuenta y riesgo a establecerse en dichas regiones, incomunicadas y rodeados de peligros como ataques de indígenas, animales salvajes, lluvias torrenciales y enfermedades endémicas. Hasta que llegó la primera inmigración alemana, de la mano del agente Antolín Rodulfo, con los funestos resultados que hemos reseñado en un post anterior. Sin embargo, un grupo de estos inmigrantes en 1853 formó parte de dos expediciones destinadas a colonizar las regiones de Tarapoto y Moyobamba.


Moyobamba

Dichas expediciones partieron de Lima acompañados del alemán Cosme Damian Schutz, a la sazón residente (y con carta de ciudadanía) en el Perú quien se hallaba asociado con el empresario minero Manuel Ijurra, negociando un contrato con el Estado para traer inmigrantes alemanes. El 1 de junio de 1853 se les expide las cartas de ciudadanía correspondientes a los europeos Carlos Federico Dominico, Guillermo Baner, Juan Kroger, Carlos Kuhn, Guillermo Wersh, Federico Wersh, Augusto Forgens, Guillermo Tuppen, Augusto Kroll, Augusto Lorenzen, Juan Torbom, Juan Mishlenstadt, Luis winterstein, Cristobal Holz, Guillermo Jakobi, Augusto Hachmeister, Guillermo Dorovends, Federico Gartner, Guillermo Hanenstein, Juan Wakob, Augusto Gellert, Guillermo Possert, Julio Enrique Behrens, Federico Bathmann, Guillermo Schsof, Francisco Gruber, Carlos Botlman, Enrique Locher, Augusto Siegnitz, Federico Brending, José Jungmann, Gustavo Holzel, Federico Kleefus, Guillermo Reinecke, Carlos Tuhrmann, Adam Jhelsheimer, Gustavo Enrique Mollard, Antonio Kramer, Carlos Kleist, Juan José Bernard, Tomás Macvary, Pedro Ripoli, quienes marchaban a colonizar Loreto.

Sobre la ruta y destino de los colonos, Raimondi en su obra de 1862, "Apuntes sobre la provincia litoral de Loreto" lo siguiente:

Estos colonos salieron de Lima para el Cerro de Pasco, de donde pasaron a Huánuco, después marcharon a pie hasta Tingo María y bajando por el río Huallaga, se introdujeron en Tarapoto y Moyobamba. Imagínense ahora los trabajos que habrán pasado, solamente en el camino de Lima al Cerro, hombres que nunca tal vez, habían montado un caballo y atravesar la encumbrada cordillera, sin tener la menor idea de que en Perú hay lugares más fríos que los de Europa de donde venían. Después de esta primera prueba, marchar a pie por caminos muy escabrosos, bajar el Huallaga con todos sus peligrosos malos pasos, en pequeñas embarcaciones que se voltean al menor movimiento, sufriendo mil privaciones, no hallando sino plátanos por alimento, expuestos a las fuertes lluvias y continuamente atacados por los murciélagos, los mosquitos y los zancudos. El colono que sufre todos estos trabajos en el camino pierde todas las dulces ilusiones que se había formado del lugar donde va a establecerse, pensando que tal vez, tendrá que vencer obstáculos mayores, de los que está pasando en el camino, y como en la ruta que hemos señalado, se va siempre marchando, de mal en peor, el colono llega a perder todas sus esperanzas y a la primera ocasión favorable se dispersa. Esto es lo que ha sucedido con las expediciones enviadas en 1853 de las que solo 3 o 4 individuos llegaron hasta Moyobamba.


Arona en su célebre monografía relata referente a estas expediciones lo siguiente:

"Se gastó una crecida suma (dice el ministro Manuel Morales en 1858) en remitir dos expediciones completas de alemanes y de algunos peruanos para reunirse a ellas, pero como los terrenos no habían sido preparados oportunamente, y como aquellas regiones están separadas por inmensos desiertos de los pueblos civilizados de la República, esos colonos cuya mayor parte eran aventureros corrompidos, se dispersaron, llevándose los instrumentos y provisiones que habían recibido en la capital."




Río Amazonas

Sin embargo, revisando la colección de documentos referentes al departamento de Loreto compiladas por Carlos Larrabure Correa en 1905, encuentro una versión muy diferente a las dos versiones anteriores.

En este documento, se consignan las comunicaciones oficiales referentes al destino de los colonos alemanes y los hechos ocurridos durante su recorrido. Por ejemplo, el Prefecto de Amazonas Santiago Rodríguez el 30 de mayo de 1853, le informa al subprefecto de Moyobamba que se dispone a partir una expedición de colonos alemanes quienes saldrán del Callao por mar rumbo a Huanchaco, de donde partiran a pie a Trujillo, Cajamarca, Chachapoyas, Moyobamba y luego a Balsapuerto, lugar donde serán embarcados a los puntos donde los establezcan Ijurra y Schutz, y le solicite les brinde las atenciones del caso, tales como provisiones, bestias de carga, guías locales, instrumentos de labranza y semillas. Como vemos esta ruta difiere bastante de la señalada por Raimondi.

El Prefecto de Amazonas le comunica al subprefecto de Moyobamba el 30 de junio de 1853 que los inmigrantes alemanes destinados a colonizar Mainas han llegado el 27 de junio el puerto de Marañón de Balsas, en un número inferior a cien individuos, número que estima se incrementará con pobladores locales que se unan a la expedición. El 25 de julio el Gobernador de Mainas Francisco Alvarado comunica al gobernador del pueblo de Muniches que se halla próxima la expedición colonizadora compuesta de 300 personas destinados a poblar las riberas del río Marañón y el Napo, ordenándole que les brinde los auxilios necesarios y las canoas para la navegación y transporte fluvial.

Para la quincena de agosto de 1853 el Prefecto de Amazonas comunica al subprefecto de Moyobamba el envío de una segunda expedición de colonos, dirigidos por José Monteza, compuesta por 56 hombres, 2 mujeres y 5 niños, quienes saldrán del Callao rumbo a Huanchaco y luego por tierra hasta Loreto, en donde se les unirán 33 personas más, solicitándoles las mismas atenciones brindadas a los colonos dirigidos por Ijurra y Schutz de la primera expedición. El 28 de agosto llega esta segunda expedición a Chachapoyas conducida por Monteza con 51 inmigrantes, habiéndose diseminado el resto en La Libertad, diez colonos más se unen a la misma y parten el 15 de setiembre rumbo a Moyobamba, llegando a esta localidad y embarcándose a Balsapuerto el 8 de octubre. Hasta ahí cesan los datos referidos al viaje de las dos expediciones.

Pero dos años después, el 15 de Julio de 1855, el gobernador general del litoral de Loreto, Francisco Alvarado, redacta un informe sobre el estado de las colonias al ministro de estado en el departamento de gobierno, de donde extraigo lo siguiente:

... En contestación y aprovechando de la confianza con que S.E. se digna honrarme, debo decir a US. que la primera colonia que remitió el gobierno anterior, fue compuesta de hombres inmorales y corrompidos, que atropellando a las autoridades y maltratando a los pueblos desde Trujillo hasta este litoral, solo sirvieron para hacer un gasto inconsiderado al erario nacional, y después de colocarse en el pueblo de Caballo-cocha, adonde fueron destinados de orden suprema, se ocuparon sólo de destruir aquella población cometiendo toda clase de excesosm sin que el poder de la autoridad ni la persuación, hubiesen sido suficientes para inclinarlos al trabajo ni a la más leve industria en el país, hasta que se marcharon para el Brasil en diferentes fracciones... de 96 individuos que desgraciadamente ingresaron a estos valles y se situaron en Caballo-cocha, solo ha quedado un ruso con su esposa, nombrado Augusto Crolk, de ejercicio sastre y hombre de bien, y un francés nombrado Luis Floré con seis personas de familia, situado en el pueblo de Pebas, pero hombre inmoral y corrompido...

... La segunda colonia conducida por José Monteza, en número de sesenta individuos, los más, jóvenes de volante e incapaces de cultivar la tierra, llegaron hasta este punto sin recursos de ningún género... y hallándose en la imposibilidad de poder trabajar, contramarcharon por fracciones, ocasionando mil molestias a los pueblos, y sólo ha quedado en este lugar una desgraciada familia compuesta de seis personas, que no pueden trabajar en ninguna cosa ni avenirse con el temperamento, ni con las malas comodidades que este lugar refiere.

Las dos colonias han desaparecido pues, dejando amargos recuerdos en todos estos lugares, después de haber hecho un gasto considerable al erario nacional, y la mayor parte de los primeros ha aumentado la población del imperio del Brasil..."


Vemos aquí claramente cómo existe una contradicción entre Arona y Raimondi sobre el destino de estas expediciones en cuanto al número de colonos que llegaron a su destino (3 o 4 versus 96 y 60), aunque ambas versiones coinciden en el fracaso de este intento migratorio.

Pese a este infructuoso intento -es discutible achacarlo al caracter o a las "malas costumbres" de los colonos en contraposición a achacarlo a la escasa o nula previsión del estado para la colonización- aun el gobierno continuaba sus planes de colonización en la región de la montaña. Producto de este empecinamiento se originó años después la colonia tirolesa y prusiana de Pozuzo, la cual estuvo aislada del resto del país prácticamente cien años y que aun hoy en día es difícil llegar en época lluviosa.

Incluso hasta una fecha tan posterior como 1890, en un informe redactado por Samuel Palacios sobre la colonización de Caballococha se menciona lo siguiente:

Para el verdadero y sólido progreso del departamento de Loreto y para que el Perú pueda aprovechar de las inmensas riquezas que se hallan en estas agrestes regiones, es indispensable que se establezca una gran corriente inmigratoria, que inyectando fuerza y poderosa savia, convierta al indio en elemento de actividad y lo saque de la gran apatía en que se encuentra… siempre que se trata de colonizar una región, es indispensable fijarse en que los inmigrantes puedan fácilmente adaptarse a las condiciones del nuevo país en que van a residir. Por eso y teniendo en cuenta el clima y demás condiciones de Caballococha creemos que pueden fácilmente adaptarse allí inmigrantes oriundos de los países meridionales de Europa y septentrionales del Africa. Esos individuos encontrarían en los terrenos de Caballococcha condiciones muy análogas a sus lugares de nacimiento y en poco tendrían que variar su género de vida y costumbres.


Sin embargo, en el siglo XIX también hubieron voces disonantes sobre este proyecto de colonización amazónica, como la de Manuel Pardo en la Revista de Lima (1860):

"
En otro lugar hemos tenido ocasión de manifestar cuan peligroso y absurdo es dedicar la inmigración europea a poblar los territorios del Amazonas y cuanto más fácil y racional sería hacer seguir en el Perú a la inmigración europea el mismo camino que en todas partes ha seguido, esto es llamarle hacia la parte poblada de nuestro territorio, donde cuenta con cuantos elementos necesita para ejercer sus industrias y donde al mismo tiempo que es muy conveniente puede hallar ella misma condiciones de prosperidad más seguras que en el corazón de nuestras montañas… "


Y por supuesto, la de Arona en su celebérrima monografía, en donde califica el sueño de colonización amazónica como "las mismas palanganadas de siempre, en tierras que de feraces no tienen nada sino FEROCES" sumada a la voz de Pedro Gález en su Proyecto de Inmigración de 1872, en donde señala que los contratos de inmigración previos habían sido de malísimos resultados y celebrados con empresarios particulares, escasos de medios y de relaciones para traer inmigrantes, cediéndoles a los inmigrantes terrenos baldíos en la montaña: "los individuos, venidos a consecuencia de estos contratos han desertado en parte, y los demás han sido transportados a esos sitios más o menos aislados, aunque fértiles, y de allí se les ha dejado sin medio seguro de fomento de progreso ni de orden."

Esta en consecuencia, la frustrada y negligente colonización del Amazonas, explica el fracaso de las políticas inmigratorias del estado peruano en el siglo XIX.






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(1) Juan de Arona. La inmigración en el Perú (1891)
(2) Carlos Larrabure y Correa. Colección de leyes, decretos, resoluciones y otros documentos oficiales referentes al departamento de Loreto (1905)
(3) Antonio Raimondi. Apuntes sobre la provincia litoral de Loreta (1862)
(4) Manuel Pardo. Inmigración vascongada. Revista de Lima (Agosto, 1860)
(5) Pedro Gálvez. Proyecto de inmigración al Perú (1872).

Los chinos como inmigración exitosa


Sr. Ge (chino) - 1888, Archivo Courret

Desde inicios de la república el tema de la inmigración europea estuvo presente en la agenda política del Perú. Como ya hemos reseñado anteriormente, se dieron un buen número de leyes, decretos y resoluciones al respecto, amen de destinar generosas partidas monetarias. Sin embargo, el intento inmigratorio europeo a gran escala fracasó, puesto que la única inmigración que podríamos considerar como exitosa fue la china.

Mucho se ha escrito y debatido sobre ésta durante los dos siglos anteriores, divididas las opiniones sobre los chinos. Mayoritariamente la opinión fue en contra de la inmigración china, acusando a los coolíes de un sinnúmero de defectos y vicios: opiómano, haragán, jugador, estafador, idólatra, analfabeto, "raza degenerada" entre otros. Incluso la ley de inmigración de 1849 se derogó en 1853 por haber traído más asiáticos que europeos y que "estos hechos no correspondían a los deseos de la nación".

Está claro que dada la procedencia de los coolíes, en su mayoría humildes campesinos y obreros paupérrimos desempleados en la China derrotada posterior a la guerra del opio, no podríamos esperar que dichos inmigrantes sean gente instruida y educada. Sin embargo, esto no implica que fuesen ociosos o de malas costumbres per se.

La actitud despótica de muchos hacendados para con sus trabajadores asiáticos, sumado a la de los capataces, constituye suficiente razón para causar descontento en los coolíes (y explica la conducta que muchos de ellos adoptaron en la Guerra del Pacífico). Existe el informe de la comisión investigadora sobre maltratos a los coolíes, la cual describe que en 1877 en la hacienda Jagüey propiedad de Luis Albrecht, se encontró a un trabajador chino llamado Lanquen quien había sido torturado. La comisión China lo liberó de su contrato e indemnizó con 40 soles.

Este tipo de conductas sumado al modo como fueron traídos al Perú, en muchos casos mediante engaños y triquiñuelas, en barcos hacinados, con un salario mínimo, jornadas extenuantes de trabajo y galpones para dormir, nos da una idea de las condiciones de los coolíes. Sin embargo, fueron excelentes trabajadores en donde se les colocase, pese a quien le pese. Los mismos hacendados explicaban que por un puñado de arroz y algunas monedas los chinos trabajaban más que los indígenas, ni que decir de los europeos.

Esta claro que las condiciones de trabajo de los coolíes fueron en muchos casos inhumanas y rayanas con la esclavitud, pero pese a estas condiciones los chinos laboraban empeñosamente y una vez que lograban su "libertad" eran gente emprendedora que se colocaba en negocios comerciales como los de la Calle Capón y adquiría propiedades agrícolas como en Chanchamayo. Claro, otros tantos migraban a California donde también existía una fuerte colonia china e incluso algunos regresaban a Asia.

Dentro de las voces que apoyaban a los chinos, se alzó la de Juan de Arona, quien en su célebre monografía crítica "La Inmigración en el Perú" (1891) sacaba en cara a la intelectualidad de su época que denigraba a los chinos, lo trabajadores que eran, pese a las condiciones miserables de trabajo que tenían. Debido a esto y sumado al número de coolíes traídos (más de 90 000) podemos considerar a la inmigración china como la de mayor¨"éxito" llevada a cabo en el siglo XIX.






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(1) Chinese plantation workers ando social conflict in Perú in the late XIXth century. Michael J. Gonzales. Journal of Latin American Studies Vol. 21 N° 03 (1989) 385-424
(2) La Nacionalización de la Amazonía. Pilar Jordán, Nuria Sala (1998)
(3) Humberto Rodríguez Pastor. Herederos del Dragón (Fondo Editorial del Congreso del Perú, 2000)
(4) Juan de Arona. La Inmigración en el Perú: Monografía Histórico-Crítica (1891)