domingo, 18 de agosto de 2019

Cementerio Británico



Fachada del Cementerio Británico de Bellavista

En la joven república peruana nacida en 1821 no existía la libertad de cultos, y ésto entró en franca contradicción con el establecimiento de comercios extranjeros como los británicos o alemanes, con empleados de religión protestante, anglicana o similares; y posteriormente con la introducción de los inmigrantes chinos procedentes de Cantón y Macao cuya religión era la de Confucio.

Numerosas voces a favor de la inmigración europea, sobre todo procedente de países del norte de Europa como Irlanda o Alemania, se alzaron a favor de la libertad de cultos, lo que facilitaría la inmigración de europeos de religión distinta a la católica y su integración en la sociedad peruana.

Sin embargo, el único Cementerio de Lima sólo admitía en un principio a personas de religión católica, y aquellos difuntos de otras religiones eran enterrados o en una fosa común o en la Isla San Lorenzo. Siendo ésta situación poco digna, Gran Bretaña insistió con el Gobierno del Perú en construir un Cementerio Británico, destinado a personas de confesión diferente a la católica.

Es así que el 22 de Agosto de 1834 se adjudicó en propiedad a solicitud del Cónsul de Gran Bretaña, un terreno en Bellavista para la construcción de un cementerio para los restos de los súbditos de aquella nación y el 5 de Mayo de 1836 se decreta el castigo a aquellos que profanen un cadáver de religión protestante y la libre importación de lápidas.

Desde entonces los entierros en el Cementerio Británico siguen hasta hoy, teniendo que ampliar el local original con otro en la actual Avenida Colonial, siendo sus registros una fuente de datos genealógicos de incalculable valor. Se puede visitar el de Bellavista, y apreciar el arte funerario destacable de la época.

Eduardo Salazar

viernes, 2 de agosto de 2019

La despedida de los emigrantes


La Despedida de los Emigrantes
Óleo de Antonie Volkmar (1827-1903), Berlín 1860. 
Deutsches Historisches Museum, Berlin