jueves, 4 de diciembre de 2008
Pozuzo (segunda parte)
Mapa de Tirol, 1888
Ya no se puede vivir en nuestra patria Tirol
y por eso nos llaman los peruanos.
allá cada uno recibe sesenta yugadas y dinero,
por eso tomad vuestro bastón de viaje e idos al Perú.
Si uno tiene quince hijos y está más pobre que una rata,
tiene que hacer las maletas diciendo adiós a la miseria.
que se vaya a américa donde hay pan en abundancia,
por eso tomad vuestro bastón de viaje e idos al Perú.
Canción anónima
Cómo llegar a Pozuzo - www.rumbosonline.com
En el anterior post reseñábamos el contrato inicial que se firmó entre Kuno Damián Schutz y Manuel Ijurra con el el ministro Tirado y rubricado por el Presidente Echenique en 1853, para atraer 10 000 colonos europeos de buenas costumbres en los territorios del Amazonas y ríos interiores. Apenas Schutz firmó el contrato, viajó a Europa para poner en marcha la empresa. Sin embargo, en Perú hubo un problema (el primero de los múltiples que hubieron) y es que los barcos adquiridos para llevar a los colonos por vía fluvial hacia un afluente directo del Amazonas, no servían para dichos propósitos y encima, una revolución había derrocado a Echenique y el nuevo Presidente del Perú era el Mariscal Castilla; motivo por el que llegó 1854 y al no haberse iniciado la colonización, el contrato quedó sin efecto.
Esto motivó a que Schutz regrese a Lima (sumado al fallecimiento de Ijurra en Nueva York) y renegocie el contrato con el gobierno de Castilla, firmando uno nuevo el 6 de diciembre de 1855, en donde se estipulaba (a manera de resumen) lo siguiente:
1. Se consideraba nulo el contrato previo por incumplimiento de las fechas de ejecución, que la colonización debe de comenzar en las regiones más próximas a las habitadas de la República y no en sus confines, los cuales no han sido preparados para dicho fin; motivo por el que se firma un nuevo contrato.
2. Se admite la propuesta de Schutz para introducir 10 000 colonos en un plazo de 6 años desde la fecha del contrato.
3. Los colonos (gente robusta, de buenas costumbres y católicos romanos) mantienen sus derechos estipulados en el contrato anterior.
4. Schutz se compromete a reunir a los colonos, llevarlos a Perú y hacia la zona destinada a la colonización, donde cuidará que los colonos cultiven sus chacras y construyan sus viviendas.
5. La primera colonia será de 500 individuos, los cuales deben llegar al Callao en 1856 y se situarán en Pozuzo, donde confluyen los ríos Delfín y Huancabambna, lugares que serán acondicionados para tal fin.
6. El gobierno pagará el pasaje hasta el Callao y les suministrará durante el primer semestre víveres y semillas, así como útiles agrícolas los cuales serán devueltos por los colonos a los 5 años de su llegada y se les entregará a cada uno de ellos 30 pesos sin cargo de devolución.
7. Schutz tendrá un sueldo de 2400 pesos anuales durante el tiempo que dure la colonización y se le darán 140 leguas cuadradas de tierras en los sitios de las colonias. Firmado por Ramón Castilla y Juan Manuel del Mar.
Como vemos, este nuevo contrato les da mayores beneficios a los colonos, así como los destina a una localización exacta en Pozuzo y no en "las llanuras amazónicas" cerca de Moyobamba. Y otra diferencia, es que Schutz ya no recibiría primas por cada colono traído, sino un sueldo fijo; así como se estipulaba que debía de acompañarlos hasta la zona destinada y verificar que inicien los cultivos. El cambio de localización obedecía a la experiencia comprobada del fracaso de las dos expediciones de colonos enviadas a Moyobamba en 1853, en las cuales tomaron parte muchos de los inmigrantes alemanes traídos por Rodulfo en 1851-1852. Asimismo, se destinó una partida de dinero al Prefecto de Cerro de Pasco Juan José Salcedo para la construcción de un camino desde dicha localidad hacia Pozuzo.
Imst*
Con este nuevo contrato firmado, y la promesa de la construcción del camino hacia Pozuzo, Schutz viaja a Alemania en 1856 nuevamente a reclutar colonos para su empresa. En Alemania encontró mucha hostilidad y oposición hacia su proyecto de colonización, puesto que el terrible fracaso de la expedición de Rodulfo se había conocido y difundido en los países alemanes por la prensa escrita, la cual negaba al Perú como un destino seguro de inmigración. El Augsburg Allgemeine Zeitung llamó a Schutz "vendedor de almas" y "negrero" acusándolo de querer vender a sus compatriotas a cambio de dinero. Es necesario remarcar en este punto, que Schutz antes que nada era un idealista, cuyo propósito ante la masiva emigración alemana era ubicar parte de ella en un país donde estuviesen seguros y tuviesen oportunidad tanto de desarrollarse como de mantener sus costumbres germánicas, y no era un agente movido por intenciones crematísticas. Como en aquella época, mediados del siglo XIX, la prensa escrita era el medio más importante de comunicación, la campaña desatada en contra de la inmigración hacia Pozuzo impactó fuertemente en la opinión pública alemana y en su intelectualidad, de tal modo que en numerosos estados alemanes se prohibió la propaganda al respecto, incluyendo el Ducado de Nassau, de donde era natural Schutz. De tal modo que fracasó su intento de reunir colonos en Hesse, Renania y Nassau, donde originalmente quiso reclutarlos.
Viendo el estado de cosas, sumado al fervor católico que Schutz profesaba, se dirigió al Tirol (región que inicialmente no había considerado) en donde los principales periódicos "Tiroler Bote", "Tiroler Schutzer Zeitung" y "Innsbruck Nachrichtung" iniciaron una polémica periodística menos agresiva que en Alemania. Inclusive el Tiroler Schutzer, periódico católico, favorecía la inmigración al Pozuzo, comprometiéndose a publicar las cartas de los colonos que fuesen a Perú para hacer llegar a la opinión pública el trato que recibiesen. Es necesario en este punto el señalar las características de los pobladores del Tirol. El Tirol, región alpina católica por excelencia, conocida también como "El Santo Tirol" debido a que la iglesia más conservadora se encontraba allí, sacudida por las Revoluciones de 1848, experimentaba una explosión demográfica sin precedentes, motivo por el que los niños de muchas familias tirolesas tenían que irse a trabajar los meses de verano a las zonas alemanas del norte, donde se profesaba en mayoría la fé protestante.
Asimismo, los impuestos que el Estado exigía eran elevados cada vez más, de tal modo que los campesinos tiroleses veían mermados su escaso capital y lo peor, no veían mejores perspectivas a futuro. Además de la ley del mayorazgo, en donde el primogénito heredaba los terrenos del padre, quedando los demás hermanos sin herencia y pasaban a formar parte de los campesinos contratados y artesanos proletarizados en las ciudades, a la par que en dichas urbes se desarrollaba una feroz Revolución Industrial con la consiguiente explotación del hombre por el hombre y el sub-empleo. Otra de las regulaciones que afectaban a los campesinos, era la regulación sobre matrimonios en los valles del Rhin y el Inn, en donde sólo se podían casar las personas que tuviesen parcelas para cultivar (medida tomada para controlar la explosión demográfica, pero que dejó en el aire a miles de renanos y tiroleses sin la posibilidad de contraer matrimonio).
Bajo esta perspectiva, la emigración era una posibilidad nada desdeñable. Recordemos que las personas que optan voluntariamente por abandonar su patria, sus amistades y su familia no lo hacen por un capricho o una veleidad de la vida, sino obligados por la necesidad de buscar un mejor futuro para ellos y sus familias. La perspectiva de la inanición, el servicio militar y la tuberculosis acicateaban a millones de europeos a abandonar el continente hacia el nuevo mundo.
Esta situación aun se da en la actualidad de forma masiva, pero el flujo es inverso, desde el sur del mundo hacia los Estados Unidos y Europa (es curioso inclusive que un país de inmigrantes como Argentina, haya experimentado este flujo inverso en donde los nietos de los españoles e italianos que salieron del continente en el XIX y principios del XX retornen a Europa por los mismos factores que expulsaron a sus (bis)abuelos).
Schutz, que había sido testigo de cómo en Estados Unidos los inmigrantes eran forzados a asimilarse, siendo prohibidos en algunos casos de hablar su lengua materna y expresar sus costumbres, trató de enviar una parte del flujo migratorio hacia Sudamérica, a fin de que conservaran sus costumbres y su religión católica. E idea la posibilidad de que los inmigrantes, dada su fuerte religiosidad, fuesen acompañados de sacerdotes católicos a fin de que sirvan de guías espirituales en las futuras colonias. Se entevista con el padre benedictino Agustín Scherer en Fiecht, quien lo contactó con Joseph Egg, capellán del pueblo de Imst en el Alto Inn. Joseph Egg desempeñó un papel fundamental y sobresaliente en la colonización del Pozuzo, como veremos posteriormente.
Voralberg***
Se dirigieron a Silz, pueblo especialmente afectado por la pobreza, donde iniciaron el reclutamiento. Como primera recomendación, Schutz afirmaba que aquellos campesinos que tuvieran algo de dinero, emigrasen hacia Hungría "donde no hay que afrontar situaciones desconocidas" y que hacia Perú sólo fuesen aquellos en extrema necesidad. Para 1857 ya Schuzt contaba con 180 tiroleses (de Haiming, Zams, Silz, Wipptal, Stubaital) y 20 campesinos procedentes de Voraderberg, los que iniciaron el recorrido vía férrea hacia Augsburg. Un detalle, en la misa de despedida en la plaza mayor de Silz, el padre Egg dijo:
"No ustedes sino el Tirol tiene que llorar, porque no puede alimentar a sus propios hijos. Ustedes, en cambio, elevan sus corazones ya que quien es valiente y emprendedor, va y construye su nueva casa."
Antwerp
Llegados a Augsburg pasaron a Stuttgart y Koblenz, lugar en donde se sumaron 160 renanos (procedentes de Mosela, Hesse, Nassau, Camberg, Briedel) guiados por el padre Joseph Uberlinger (sacerdote de Brixten). Viajaron por el Rin hasta Colonia y en tren hasta Antwerp (Amberes) en donde los colonos conocieron personalmente a Schutz, quien había alquilado el velero guanero inglés Norton para el viaje hasta Perú, entretanto Schutz viajaría en vapor hasta Panamá y luego hasta el Callao para llegar antes que los colonos y verificar que todo estuviese en orden para el viaje a Pozuzo. Se les recomendó a los colonos llevar trajes de domingo al viajar por Alemania y al llegar al Perú para causar una buena impresión y trajes diarios para el viaje y el camino hasta Pozuzo. Entre los colonos que abandonaron el viaje en tren hasta Antwerp y los que se sumaban al viaje de manera espontánea, finalmente se embarcaron 304 personas: 184 austriacos y 120 renanos. El 2 de abril de 1857 comenzaba el viaje.
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(1) Elisabeth Habicher-Schwartz. Pozuzo: tiroleses, renanos y bávaros en la selva del Perú. 2008
(2) Natalia Sobrevilla Perea. La colonia de Pozuzo. En: Giovanni Bonfiglio. La Presencia Europea en el Perú. Fondo Editorial del Congreso del Perú. 2001
* Fotografía de Brian Negus, Imst: http://www.flickr.com/photos/briannegus/1403788837/sizes/l/
*** Fotografía de ursusmaior, Voralberg: http://www.flickr.com/photos/ursusmaior/
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