jueves, 29 de enero de 2009

Las Guías de Domicilio de Lima y los inmigrantes alemanes


Sombrerería de Edmund Martensen en el Callao (Colección Erika Martensen, extraída de Diana Millies "Echando Raíces")

Durante el siglo XIX los archivos peruanos que detallan la entrada, origen, colocación y destino de inmigrantes europeos son muy escasos o están desaparecidos. Recién a partir del Censo de 1920 en el Archivo General de la Nación se puede consultar sobre inmigrantes, con información detallada de los mismos y en algunos casos, información de aquellos inmigrantes que llegaron en el siglo XIX y que aun vivían al momento de dicho Censo.

Fuera de ello, si uno busca sus antepasados inmigrantes del siglo XIX, es conveniente averiguar dentro de la familia lo máximo posible (fechas, lugares de embarque, religión, puerto de desembarco, bautismos, matrimonios y defunciones) y se puede investigar en el Archivo Arzobispal de Lima, un archivo bastante bien pulcro y ordenado, y donde los documentos se hallan en muy buen estado de conservación y catalogados adecuadamente, así como existe una amable atención por parte del personal que labora en dicho Archivo (Lic. Laura Gutiérrez y su personal).

Sin embargo, he encontrado también algunos documentos del siglo XIX conocidas como "Guías de Domicilio" en donde se detallaban los nombres, direcciones y ocupaciones de los pobladores de Lima. Como vemos, la información atañe a Lima estrictamente, y punto importante: No consigna la nacionalidad de las personas incluidas. Sin embargo, dadas las fechas de edición de estas guías (mediados del siglo XIX) constituye una aproximación factible el tomar como extranjeros a aquellas personas que tengan apellidos extranjeros, por supuesto con las salvedades del caso.


Casa Gildemeister Consbach en Lima, alrededor de 1850 (Colección Fam. Gildemeister, extraída de Diana Millies "Echando Raíces")

Es así que he encontrado dos de estas guías en la Biblioteca Nacional, donde paso a consignar lo correspondiente a los inmigrantes alemanes (aunque no se descarta que también haya austriacos y suizos en la relación). Además, existe una mas antigua, editada por Cosme Damián Schutz, sin embargo no la he podido conseguir y podría contribuir con información mas valiosa aun puesto que es de 1853, época en donde podríamos encontrar a algunos integrantes de la expedición de Rodulfo.

GUIA DE DOMICILIO DE LIMA PARA EL AÑO 1864 por Manuel Atanasio fuentes (1873)
• Teodoro Müller, Cónsul de Prusia y Hanover, Carabayá 109
• Guillermo Brown, Cónsul de Hamburgo, Lima 105
• Fernando Lindeman, Cónsul de Lubeck, Ayacucho 26
• Juan Gildemeister, Cónsul de Bremen, Ucayali 78
• Julio Pflücker, propietario, Camaná 20
• Carlos Pflücker, minero, Carabayá 68
• Otton Brangbagen, comerciante, Arequipa 53
• Edmundo Ruttinger, comerciante, Arequipa 51
• Fedediroc Reinfeldh, sombrerero, Arequipa 23
• Carlos Schemnel, carpintero, Arequipa 37
• Federico Berghusen, carpintero, Arica 202
• Enrique Crup, marino, Arica 88
• Alberto Kocklin, empleado, Arica 170
• Carlos Herzberg, sastre, Ayacucho 25
• Fernando Lindemann, comerciante, Ayacucho 26
• Adolfo Martens, pulpero, Ayacucho 51
• Alfonso Weygand, músico, Ayacucho 71
• Gerónimo Wolpe, pulpero, Ayacucho 177
• José Dieford, zapatero, Azángaro 70
• Diego Henroig, comerciante, Azángaro 80
• Marx Fribourg, comerciante, Cailloma 27
• Hermanos Martens, hoteleros, Cailloma 106
• Pedro Bosch, pastelero, Callao 64
• Federico Bergman, comerciante, Callao 79
• Pablo Habbergger, sastre, Callao 81
• Carlos Langnickel, comerciante, Callao 14
• Mateo Stuber, comerciante, Callao 17
Juan Schanbacher, tornero, Camaná 154
• Federico Voigt, tapicero, Camaná 92
• Carlos Markholz, sastre, Carabayá 61
• Carlos Klug, horticultor, Huaylas 18
• Jorge Henzler, zapatero, Huallaga 85
• Federico Krohmer, zapatero, Huallaga 91
• Juan Muhlig, comerciante, Huallaga 162
• Conrado Roller, comerciante, Huallaga 32
• Hermanos Brenner, sombrereros, Huancavelica 17
• Francisco Heer, tapicero, Huancavelica 86
• Guillermo Schwartz, zapatero, Huancavelica 43
• Cristiano Prahl, músico, Huancavelica 17
• Jorge Henck, empleado, Ica 90
• Enrique Buchhammer, comerciante, Ica 128
• Federico Schmidt, comerciante, Ica 38
• Herman Angapret, comerciante, Quilca 27
• Dockendorf y Ca., pulpero, Paruro 228
• Engelbrecht, cigarrero, Unión 199
• Gildemeister Consbruch y Ca., comerciante, Ucayali 76
• Bernardo Groenewoeld, comerciante, Carabayá 22
• Teodoro Kissel, carpintero, Ica 74
• Mauricio Mayer, comerciante, Taca 111
• Federico Richmuller, cervecero, 28 de Julio 34
• Ernesto Schultz, panadero, Tarapacá 11

GUIA DE DOMICILIO PARA LIMA, CLODOMIRO SOTO, 1886
• Miembros de la Sociedad de Beneficencia Pública: Luis Bryce, Gustavo Heudebert, Carlos Pflucker y Rico, Juan P. Gallagher.
• Deuschkes, Cónsul Alemán, Moquegua, Quemado 104
• Guillermo Lembecke, Cónsul de Suecia y Noruega
• Gildemeister, Arequipa, Mogollón 19
• Guillermo Hart, ingenieros hidráulicos, Huallaga, Virreyna 184
• Federico Blume, ingeniero, Unión, Baquijano 270
• Emilio Wagner, ingeniero, Ayacucho, Rifa 61 departamento
• Enriqueta Lund, directora de colegio, Unión, Boza 349
• E. Minerdoff, médico, Lima, Matavilela 91 altos
• Julio Pfluker, Ayacucho, Botica de San Pedro 94
• Germán Pfluker, Apurímac, Corazón de Jesús 79
• Carlos Pfluker y hermanos, comerciantes, Azángaro, Aparicio 19
• B.H. Kaufman, hacendado, Unión, Baquijano 311
• Welsch y Ca., joyería, Unión, Espaderos
• Guillermo Eppner, joyería, Unión, Espaderos 202
• A. Jenckel, herrería, Unión, Baquijano 311
• Manuel Aenzler, Monserrate 40
• Pablo Ascher, comerciante, Ucayali, Villalta 69
• José Bagüer, comerciante, Azángaro, Noviciado 222
• Julio Bachr, herrero, Unión, Baquijano 276
• Federico Berghusen, empleado, Camaná, Lártiga 117
• Jaime Bosh, Huallaga, Presa 264
• Carlos Boeschel, Ucayali, Villalta 83
• Carlos Brandt, Unión, Merced 218
• Francisco Brenner, Bamba, Chacritas 198
• Enrique Engelbrecht, Arica, Nápoles 130
• Jorge Fuller, Lampa, Carrera 71 altos
• Santiago Freundt, Cañete, Pampilla 156
• Paul Habegger, sastre, Camaná, Plumereros 88
• Julio Habegger, encuadernador, Camaná, Plumereros 88
• Carlos Hancke, sastre, Ucayali, Plateros de San Pedro 17
• Ricardo Haup, útiles de escritorio, Unión, Espaderos 261
• N. Hachmeister, sastrería, Ayacucho, Jesús Nazareno 9
• Cristian Hencke, Huancavelica, Torrecilla 269
• Oton Hencke, Huancavelica, Torrecilla 269
• Manuel Hohagen, Callao, Piedra 120
• Federico Hohagen, Callao, Piedra 120
• N. Hochleoppler, fábrica de muebles, Camaná, Plumereros 96
• Juan Hohl, tapicería, Huancavelica, Teatro 52
• Santiago Hoerler, herrería, Ayacucho, Jesús Nazareno 5
• Carlos Jurgens, caballeriza alemana, Chancay, Chillón 1
• Carlos Konig, Huallaga, Judíos 102 altos
• Alberto Klinger, jabonería, Hualgayoc, Otero 108
• Emilio Kruger, Abancay, Santa María 81
• Carlos Kruger, Abancay, Santa María 81
• Knauer y Paf E., comerciantes, Carabayá, Bodegones 10 y 12
• Luis Lembecke, almacén de géneros, Huallaga, Melchormalo 145
• M. Matheus y Ca., escritorios, Callao, Valladolid 80
• Adolfo Martens, Ayacucho, Núñez 53
• Meyer y Haffeman, droguería, Unión, Espaderos 188
• Hnos. Ottenheim, comerciantes, Ucayali, Plateros de San Pedro 31 y 33
• Eugenio Sthal, sastrería, Ucayali, Plateros de San Pedro
• Guillermo Sthal, sastrería, Ucayali, Plateros de San Pedro
• Guillermo Schk, talabartería, Carabayá, Filipinas 102
• Schilder y Ca., compra y venta, Ancachs, San Francisco 104
• J.M. Schroeder, comerciante, Ancachs, Trinitarias 153
• Carlos Schmitt, Huallaga, Presa 267
• Federico Schmitt, cervecería, Moquegua, Quemado 134
• Wenceslao Schmitt, cervecería, Moquegua, Quemado 134
• Federico Schoffield, Quilca, San Jacinto 79
• C. Schoumuger, Callao, Valladolid 102
• Luis G. Schwarz y Ca., géneros, Huallaga, Lechugal 262ª
• Carlos Schomburg, Ucayali, Plateros de San Pedro 35
• Carlos Shroder, comerciante, Cotabambas 30
• E.A.H. Sprinckmuller, compra y venta, Ancachs, San Francisco 73E
• Gustavo Werner, cervecería, Huancavelica, Torrecilla 346
• Enrique With, Junín, Zárate 96
• Emilio Winder, Tacna, Pileta de Nazarenas 62

Confirmamos con esta información que los inmigrantes europeos en general, y alemanes en particular, asentados en Lima se hallaban dedicados a actividades artesanales, comerciales y profesionales; amén de los pertenecientes a los cuerpos diplomáticos e industriales. Obviamente no están incluidos aquellos que se desempeñaban en actividades vinculadas al agro y minería puesto que habría para ello que haber realizado una investigación similar en el campo: Valle de Chicama, Cerro de Pasco, Pozuzo. También es notorio señalar los errores ortográficos de muchos apellidos como "Bauer" en "Bagüer", "Pflucker" en "Pfluker" y la castellanización de los nombres.





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(1) GUIA DE DOMICILIO PARA LIMA, CLODOMIRO SOTO, 1886
(2) GUIA DE DOMICILIO DE LIMA PARA EL AÑO 1864. MANUEL ATANASIO FUENTES 1863.
(3) Millies, Diana. Echando raíces. 180 años de presencia alemana en el Perú. Editorial, Independiente. Edición, Lima, 2007.

Postreros intentos de inmigración alemana al Perú


Colonos pozucinos a principios del siglo XX (Estudio fotográfico Arteaga, Oxapampa)

Luego de los intentos que se dieron de inmigración alemana en el Perú a lo largo del siglo XIX, empezando por los alemanes de Rodulfo en 1851 y 1852, pasando por los tiroleses y prusianos traídos por Schutz en 1857 y por Scotland en 1868; hubo un cese de inmigración alemana y los proyectos que se comenzaron a elaborar en la recientemente fundada Sociedad de Inmigración Europea (1873) comenzaron a mostrar predilección por la llegada de inmigrantes de origen italiano.

Sin embargo, iniciativas favorecidas por particulares como el caso de los Pflucker en Lima y Cerro de Pasco, así como Luis Albrecht y Juan Gildemeister en el valle de Chicama se siguieron dando, por supuesto atrayendo un número bastante reducido de alemanes en comparación a los planes de inmigración propiciada por el Estado. Si a esto le sumamos las iniciativas individuales o inmigración espontánea de origen germánico, veremos que el proceso continuó, aunque en mucha menor medida y en cantidades absolutas, podríamos señalar que ínfimas.

Pese a los fracasos previos enumerados, Pedro Gálvez en 1871 publica "Proyecto de inmigración al Perú", uno de los escritos que se tuvieron en cuenta al momento de fundar la Sociedad de Inmigración Europea, y tiene un párrafo dentro de su texto dedicado a la inmigración alemana:

Alemania: En todo tiempo los pueblos germánicos han sido emigrantes y de ellos proceden muchas de las nacionalidades del sur de europa. En las épocas modernas no han perdido sus hábitos y al presente puede decirse que desde las numerosas colonias alemanes que pueblan los Estados Unidos y Canadá hasta las familias aisladas que van a establecerse en las regiones del sur de América por todas partes la familia alemana se ha conservado emigrante. Contribuye a darles este carácter el mismo principio que en el ciudadano británico, a saber la consagración decidida a la vida íntima, lo cual hace de cada hombre un trabajador constante para su propio círculo y que respeta constantemente el círculo de los demás, es por decirlo así un gobierno de familia cuando se siente estrechado por las circunstancias, no vacila en dejar el país por salvar la familia y lleva en esta lo más caro y el recuerdo más grato de su antigua patria... en muchos lugares la autoridad es opuesta a la emigración, porque no quiere privarse del concurso que el emigrante prestará con su persona al servicio militar y al fisco. Estas restricciones prevalecen sobre todo en las regiones centrales de Alemania. Mas en los mismos lugares vecinos de los puertos, que sacan grande ventaja del movimiento que da la emigración al comercio, la industria y sobre todo a la navegación, la emigración no sufre restricciones.

Instruido y trabajador, el alemán es un buen emigrante y respecto a cualesquiera motivos aparentes para tachar sus buenas cualidades, podría contestarse lo mismo que hemos dicho de los ingleses, si la asimilación de estos emigrantes es más lenta, también es más sólida e importa mucho introducir en los pueblos del Perú individuos que llevan la seriedad de la razón y la constancia del trabajo como elementos de orden y progreso.


En su estudio también concluye que en el Perú los intentos inmigratorios habían sido tan nefastos que los países alemanes habían colocado nuestra patria como lugar "no grato" de inmigración, como el caso del Reino de Prusia, Imperio de Austria, Nassau, prohibiendo toda inmigración con destino al Perú. Sin embargo, no es categórico a cambiar esta negativa asumiendo que con políticas inmigratorias planificadas llevadas a cabo con seriedad, la mala imagen del país podría cambiarse.

Este pensamiento de aun persistir con los esfuerzos inmigratorios europeos para "mejorar la postración de la agricultura", "sacar al indio de su indolencia", "mejorar la raza degenerada propia del país", entre otros clichés de la época, vería su final con el siglo XIX, cuando al realizarse los análisis del caso y ver que los fracasos colonizadores no habían dado los resultados esperados, así como la idiosincracia de la clase dominante criolla que no quería colonos o inmigrantes que lleguen para forjar un capital y poseer un terreno propio, sino querían trabajadores asalariados sin posibilidad de escalar social o económicamente; se cayó en la cuenta que las medidas para solucionar los problemas del país es decir: levantar la economía del país y dejar el atraso heredado de la colonia y aumentado por los gobiernos militaristas y civilistas decimonónicos con sus empréstitos y basados en una riqueza ficticia como los recursos naturales agotables caso salitre, guano, cobre, etc; no era trayendo contingentes colonos europeos, sino la INCLUSION de la población local, la educación de la misma, el potenciar el recurso humano existente en el país y si una inmigración foránea contribuye a ello en buena hora, pero no como condición sine qua non, de tal manera que para la primera década del siglo XX el punto de vista de traer inmigrantes "como solución a los problemas del país" había caído en la obsolescencia.


Estatua en honor al trabajador azucarero en Casa Grande - Valle de Chicama

Sumado a la decadencia de las tesis de darwinismo social, se propició una revolución "espiritualista" y re-descubridora del pasado histórico peruano, por intelectuales como José de la Riva Agüero y Alejandro Deustua, por lo que a lo largo de la década de 1910 (ya fuera del alcance de la temática del presente blog) surgen sectores políticos liberales que se convencieron de la necesidad de educar al "elemento indígena" para incluirlos dentro del concepto de "nacionalidad".

Y es de estas dos posturas discrepantes, las a favor del elemento europeo y las a favor de la inclusión de los indígenas, que me permito concluir a título personal se ha generado una controversia que persiste hasta el día de hoy, a todo nivel posible (como mencionó González Prada en "Horas de Lucha", cuando se caldean los ánimos los epítetos de "cholo, indio, negro, sacalaguas, salen a flor de piel como si de dardos se tratase) y que ha fracturado al país de manera que mientras no se solucione el tema, algunos peruanos remarán para un lado mientras otros para el otro ad infinitum; cuando la realidad es esta: todos somos peruanos, sea nuestro bisabuelo alemán o italiano o quechua o aymara.











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(1) PROYECTO DE INMIGRACION AL PERU. Imprenta del Estado Calle de la Rifa, 1871 – PEDRO GALVEZ
(2) M. MARCONE : "El Perú y la inmigración europea en la
segunda mitad del siglo XIX", Histórica, vol. XVI, N" 1, 1992, pp. 63- 68
(3) Pilar García Jordán: Reflexiones sobre el darwinismo social. Inmigración y colonización, mitos de los grupos modernizadores peruanos (1821-1919). Bull Inst Fr Études Andines 1991; 21 (2): 961-975.

sábado, 17 de enero de 2009

Juan Gildemeister


Hacienda Casa Grande, 1924 (E. Centurión)

El nombre de Juan Gildemeister no es desconocido para la historia nacional. Es más, desde ser un joven emprendedor hanséatico, llegó con el tiempo a ser el dueño de un emporio azucarero que para principios del siglo XX competía a la par de las azucareras de Cuba y Hawaii, con la salvedad de que en estas dos últimas naciones el negocio del azúcar era la columna vertebral de sus economías nacionales, mientras que en el Perú existían a su vez otros recursos e industrias.

Juan Gildemeister (Johann Gildemeister Evers), nació en Bremen el 16 de junio de 1823, fue hijo de Martín Gildemeister Wilckens y Louise Henriette de Evers. En este punto es necesario señalar que para ese entonces Alemania aun no se unificaba y a la cantidad de estados alemanes que existían cabe añadirle el estatus de varias ciudades como Bremen, conocidas como "ciudades hanseáticas" por la célebre liga comercial que formaron, las cuales eran ciudades-estado independientes, como Lübeck y Hamburgo. De espíritu emprendedor y sin mayor capital que su capacidad, Juan Gildemeister emigra en su adolescencia hacia el Brasil como marino mercante, en 1843. Trabajando en Río de Janeiro en un establecimiento comercial, ahorró lo suficiente para comprar una pequeña goleta de 180 toneladas, la cual carga con madera y se embarca a Valparaíso para su venta. Con el dinero de esta empresa, parte al Perú llegando a Lima en 1848. Se dirige a California motivado por los hallazgos auríferos de la región, sin embargo regresa a Lima fundando la Casa Gildemeister & Cía. ubicada en la Calle de San Pedro, en sociedad con sus primos Matías y Enrique Gildemeister Förster, ambos residentes en Prusia y se dedica al negocio de las salitreras y nitratos en Iquique (entonces territorio peruano).

En 1868 hubo un desastre natural que destruyó muchas de las salitreras en Iquique, viéndose al borde de la ruina Gildemeister y aprovechando que aun no existía comunicación directa entre el Pacífico, Nueva York y Europa, despacha rápidamente a Hamburgo a uno de sus empleados para que éste compre la mayor cantidad de nitrato posible al precio normal. Este empleado llega a Hamburgo antes de que se sepa la noticia del desastre de las salitreras (con la subsecuente escasez de salitre e incremento de precios que acarrearía) y compró una cantidad enorme de nitrato el cual al saberse la noticia del desastre pudo revenderse con grandes ganancias.


Edificio Gildemeister, cuadra dos de Jr. Azángaro

Casado el 21 de julio de 1869 en Lima con Manuela Prado Jiménez, natural de Lima. Consolidó su fortuna de esta manera y con subsecuentes negocios, sin embargo luego de la Guerra del Pacífico tuvo que liquidar su empresa e invirtió en el valle de Chicama (Trujillo) y la quebrada de Huarochirí (Lima), comprando la Hacienda Casa Grande en 1888 a su compatriota Luis Albrecht, se dedicó al ingenio azucarero modernizándolo y adquiriendo propiedades alrededor, iniciando un proceso de concentración de tierras en el valle de Chicama nunca antes visto, en competencia directa con los Larco y la Casa Grace propietaria de Cartavio.

Fue también nombrado Cónsul de Bremen en Perú, apareciendo en el Calendario y Guía de forasteros de la República Peruana para el año bisiesto de 1852, junto con el Cónsul de Hamburgo Fernan Jorje Rodewald y el Cónsul de Bélgica Adolfo Lacharriere; también aparece desempeñando dicho cargo en la Guía Política, Eclesiástica y Militar del Perú para el año de 1863 por el Cosmógrafo Mayor Pedro M. Cabello junto con los demás representantes del cuerpo consular residente en Lima: el Cónsul General de Dinamarca Enrique Witt; el Cónsul General de Suecia y Noruega Juan Federico Lembcke; el Cónsul General de Hamburgo Guillermo Brauns; el Cónsul de Bélgica en Lima Adam Greulich; el Cónsul de Hamburgo en Tacna Carlos Ernest Sigel; el Cónsul de Lubeck en Lima Fernando L. de Lindemann; el Cónsul de Francfort en Lima Adam Greulich; el Cónsul de Hannover en Lima Teodoro Muller y el Cónsul de Prusia en Lima Teodoro Muller.

Entre 1883-1893 además de la agricultura se dedicó a la creación de seis sociedades mineras y una sociedad de ferrocarril, haciéndose cargo en 1887 de la hacienda azucarera “Casa Grande”. Para 1898, Gildemeister había ya comprado ocho grandes haciendas azucareras y era el segundo gran terrateniente del valle, después de la familia Larco.


Mausoleo de Juan Gildemeister, Cementerio Británico de Bellavista - Fotografía de Eduardo Salazar

Fallece en Lima el 31 de mayo de 1898, año en que asume la conducción del negocio azucarero su sobrino Enrique Gildemeister; nacido en Iquique en 1880, hijo de Heinrich Gildemeister y Marie Amalie Möller, quien para 1910 se asocia con una Casa Alemana de Bremen, trayendo ingenieros alemanes y un ingenio azucarero completo (trabajaba 3000 toneladas de azúcar al día) modernizando Casa Grande. Para 1915 el negocio azucarero en plena expansión necesitaba ampliar el volumen de sus exportaciones y adquiere los derechos del puerto de Malabrigo, exportando sus productos directamente; esto suscitó un gran debate en las autoridades nacionales, puesto que la adjudicación libre de impuestos de un muelle propio era un movimiento financiero de enormes proporciones, además de que podría llevar a la quiebra a otras negociaciones del valle de Chicama.

En 1917, la Cámara de Comercio, Industria y Agricultura de La Libertad decía:
“¿Conviene a este país débil... incrustar dentro de su organismo una negociación alemana de la fuerza de la Casa Grande Zuckerplantagen? ¿Le conviene aumentar esa fuerza con una línea férrea propia, con un muelle, con una salida al mar y con una faja de territorio de su exclusiva propiedad? ¿Qué nos ofrece el porvenir en estas condiciones y con el espíritu de absorción e intransigencia que caracteriza aquí la situación de la colonia alemana? Si encerrada hoy en sus actuales linderos y recluida a sus negociaciones agrícolas, Casa Grande choca, trata y desea absorber a todos sus vecinos, ¿qué hará mañana con mayor radio de acción, y con una actuación más múltiple y vasta?”


De todas maneras la iniciativa para anular la concesión de Malabrigo fracasó cuando el 16 de octubre de 1917, el Senado votó a favor por 21 a 14. Entonces Casa Grande oficialmente tuvo vía libre para operar en Malabrigo y se inició una nueva etapa en la historia de Casa Grande; lo que comentaremos en otro post.


Alfredo Gildemeister Prado y familia

Hay dos puntos controversiales sobre Juan Gildemeister, uno es sobre su religión, en su partida de matrimonio de 1869 figura como protestante convertido, en otros documentos figura como católico; el otro punto es del que se ha discutido mucho en medios socio-económicos y lo menciona Mariátegui en su celebérrimo "Siete ensayos", sobre la nacionalidad de Gildemeister. Específicamente, Juan Gildemeister era súbdito alemán, sin embargo su esposa era peruana y sus hijos todos nacidos en Perú, así como sus empresas y el capital e inversiones de dichas empresas, por lo que a su fallecimiento quedando la administración de Casa Grande en manos de su sobrino enrique (nacido en Iquique) y luego en manos de sus hijos (nacidos en Perú) el epíteto de "empresa alemana" queda más como cliché que como realidad, puesto que si bien es cierto la familia era de origen alemán, sus miembros eran nacidos en Perú y tenían su vida hecha en Perú. Sobre esto abunda Bill Albert en contraposición a las tesis de Peter Klaren.






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(1) Formación de las haciendas azucareras y orígenes del APRA. Peter Klaren. Instituto de Estudios Peruanos, 1977.
(2) El capitalismo agrario en el Perú. Jean Piel. I.F.E.A. Universidad de Salta, 1995.
(3) Apuntes sobre cien familias establecidas en el Perú: Archivo Luis Lasarte Ferreyros. Juan Miranda Costa. Rider Ediciones Nacionales, 1993.
(4) EL PERU ACTUAL Y LAS COLONIAS EXTRANJERAS: LA REALIDAD ACTUAL Y EL EXTRANJERO EN EL PERU A TRAVES DE CIEN AÑOS 1821-1921. ENRIQUE CENTURION HERRERA. BERGAMO, INSTITUTO ITALIANO D’ARTI GRAFICHE, 1924.
(5) ANTONIO RAIMONDI: MIRADA ÍNTIMA DEL PERU - EPISTOLARIO 1849-1890. FONDO EDITORIAL DEL CONGRESO DEL PERU. 2005
POMPILIO INGLESI – SPARTACO INGLESI – RICARDO LA TORRE SILVA

viernes, 2 de enero de 2009

Luis G. Albrecht y el nacimiento de "Casa Grande"


Hacienda Casa Grande


Carta topográfica colonial de Trujillo y el valle de Chicama

La historia de la Hacienda Casa Grande, la hacienda azucarera que a lo largo del siglo XIX aglutinó una concentración de tierras nunca antes vista en el valle de Chicama y en la costa del Perú, llegando a competir mano a mano en la producción mundial de azúcar con los emporios de Hawaii y Cuba, es sumamente interesante e ilustrativa en lo que al desarrollo tecnológico se refiere, así como tabién retrata el lado oscuro del capitalismo.

El espacio que comprendió su primer núcleo lo constituye la Hacienda Oyague, la cual fue propiedad de Domingo José de Oyague en 1750 durante la época colonial; luego dichas tierras con el advenimiento de la República pasan a propiedad de los Bracamonte y Pinillos, terratenientes liberteños quienes en 1830 fundan Casa Grande. Es necesario remarcar que hasta ese momento, la capacidad de producción de las haciendas azucareras era muy limitada, por cuanto no se contaba con maquinaria industrial para su siembra y procesamiento, ni tampoco interés en adquirirlo, llevando esta situación al cultivo de caña para autoconsumo y en un brevísimo número, para exportación. La forma tradicional de procesamiento de caña, el trapiche, seguía siendo un eje impulsado por bueyes, así como las vías de comunicación entre los diferentes cañaverales eran prácticamente nulas o inexistentes, motivo por el cual mucho de la cosecha se perdía y no se podía procesar.


Bamberg, Bavaria

Luis G. Albrecht, alumno del ingeniero alemán Liebig, nace en Münich, Bavaria (otros señalan que en Baamberg, también en Bavaria, me inclino por esta teoría) el 19 de marzo de 1826, muy joven viaja a Estados Unidos y México en donde funda Casa Grande de Blancos, en Manzanillo dedicándose a la exportación de maderas. Llega al Perú por problemas de salud entre 1855 y 1856, casándose con Emilia Casanova y Velarde, hija del coronel Domingo Casanova, dueño de la hacienda Galindo; y se establece en Trujillo, adquiriendo la propiedad azucarera “Facalá” en el valle de Chicama en 1862, en la cual posteriormente se asocia con los hermanos Pflücker. Para 1865 adquiere la hacienda Sausal a fin de ampliar sus sembríos.

Al inicio Albrecht siembra algodón en Facalá; el cual tenía buen precio y demanda debido a la guerra secesionista de Estados Unidos (la que conllevó a una enorme baja en la producción de los algodonales del sur de EEUU), pero dándose cuenta de la rentabilidad y facilidad de cultivo de la caña de azúcar en el valle, cambia de rubro y comienza con los cañaverales en Facalá, Sausal y Casa Grande. A decir de Elías Alvarado

"(Albrecht)… constituía el prototipo de alemán decente del siglo XIX educado en las rígidas normas del trabajo, el bien y la justicia… proyectaba construir el ferrocarril de Casa Grande al puerto de Malabrigo, problema que hoy mismo se halla en discusión, pero como notó que dicha línea férrea sería perniciosa para Trujillo y el resto del valle, abandonó su propósito."


Como ya hemos mencionado, dándose cuenta del atraso tecnológico en cuanto la industria azucarera se refiere en nuestro país, fue un pionero en industrializar el cultivo de la caña de azúcar en el valle de Chicama, estableciendo el primer ingenio de importancia en la hacienda Facalá, aprox. en 1862. Asimismo, amplió el rubro de sus negocios a la explotación del cobre, en las minas de Quiruvilca, junto con Gottlieb, ganando notoriedad en el ámbito económico republicano.

Raimondi en su viaje realizado en 1868 le dedica algunas palabras al industrioso Albrecht:
"Luego pasé a Facalá, célebre entre todas las del valle de Chicama, un hombre inteligente, activo y emprendedor, el señor Luis Albrecht, hizo surgir como por encanto esta hacienda del estado de decadencia en que se hallaba, introduciendo las más útiles mejoras, de manera que actualmente puede considerarse como la hacienda modelo de todo el valle de Chicama y la que representa el progreso en todos sus ramos. Se cultiva caña de azúcar, arroz, algodón y hay un surtido de máquinas, puestas en movimiento por la poderosa fuerza del vapor."


A partir de 1870 como ya hemos señalado, la industrialización de la empresa azucarera triunfa, siendo en el valle de Chicama la fuerza utilizada principalmente la hidráulica seguida del vapor para las maquinarias, reemplazando a los obsoletos trapiches tirados por bueyes. En 1877 utilizando máquinas a vapor importadas de Filadelfia, la hacienda Lurifico elabora 1000 quintales diarios de azúcar, mientras que la hacienda Facalá de los hermanos Pflücker en Chicama elabora 50 000 quintales por año. En 1876 la hacienda Sausal de Albrecht produce 15 000 quintales de azúcar por año.

Este incremento en la producción de caña conllevó a un incremento del consumo de la misma, motivo por el que Albrecht comienza a adquirir las tierras adyacentes a Casa Grande integrando ingenios con zonas de cultivo en un área industrializada, y en aquellas localidades en las cuales no se podía hacer esto lo que se acostumbraba era adquirir las cosechas de haciendas vecinas que no dispusiesen de ingenios para su procesamiento, al igual que Augusto Cabada, propietario de las haciendas Lache y Santa Ana, firmando ellos un contrato en 1871 en el que se estipulaba que Albrecht se comprometía a procesar en Casa Grande la caña producida en las tierras de Cabada debiendo recibir cada parte el 50% de producto. Cuando Cabada adquiere su propia maquinaria, denuncia el contrato y es litigado zanjando el conflicto la Corte Suprema de Lima a favor de Luis Albrecht el 24 de diciembre de 1877.


Token de la Hda. Casagrande
Como vemos, eran tiempos prósperos para Casa Grande y para Albrecht, aunque es necesario mencionar en este punto que muchos de sus jornaleros eran coolíes, viviendo explotados en muchos casos llegándose a excesos en otros, al tomar los capataces la justicia por su propia mano.

Luego, vino el descalabro nacional, la Guerra del Pacífico. También es necesario señalar que Luis Albrecht era casado de una prima del militar chileno Patricio Linch (se dice que gracias a esto pudo negociar condiciones favorables sobre los cupos, no está comprobado esto último, lo que sí se conoce es que luego de la guerra Albrecht quebró). Al producirse la toma de Lima, una Expedición comandada por Linch recorre el norte del país, imponiendo cupos a las industrias que encontraba a su paso so pena de destruirlas, llegando a hacer lo mencionado con las haciendas de Dionisio Derteano y otras del valle del Santa. En Trujillo se formó el batallón Libres de Trujillo a cargo del coronel Justiniano Borgoño, el cual luchó en las batallas de San Juan y Miraflores. Posteriormente se formó el batallón n° 01 integrando sus filas el capitán Ranieri Manucci, italiano, saliendo al puerto de Salaverry para impedir el desembarco de los chilenos. Luis Albrecht en ese momento decide alojar a algunos centenares de trujillanos en su hacienda Casa Grande, amparándolos bajo el pabellón imperial alemán.

Al llegar Linch a Trujillo, impuso un cupo de 35 000 soles a la ciudad, caso contrario la ocuparía, siendo el alcalde de la ciudad Cecilio Cox. Trujillo (y todo el país) atravesaba por una crisis económica pero ante las demandas de Linch había que pagar el cupo “por fas o por nefas”; Cox entrega 30 000 soles y Albrecht 5 000, de su propio peculio para salvar la ciudad.

Luego de ello, Linch parte al valle de Chicama e impone un cupo de 40 000 soles, caso contrario el puente sobre el río Chicama sería destruido y las haciendas saqueadas. Cox y Albrecht negocian un descuento a 20 000 soles, sin embargo al no reunir el dinero en la fecha pactada Linch comienza a destruir el puente, motivo por el que Cox y Albrecht pagaron cada uno 10 000 soles nuevamente de sus propios recursos. Según una tradición trujillana, Albrecht lo abonó con su propio dinero pues dijo: "Los bienes se han hecho para remediar los males".

Al término de la guerra y con las deudas adquiridas producto de los cupos, la falta de producción azucarera y la destrucción de mucha maquinaria industrial, en 1888 vende Casa Grande a otro alemán, Juan Gildemeister quien en 1889 funda la Sociedad Agrícola Casa Grande Ltda, pero ya eso es parte de otra historia.

Luis Albrecht murió en Lima 8 de julio de 1891. Una urbanización y un Hospital en La Libertad llevan su nombre, y sus actos y nombre son recordados como parte de la tradición oral trujillana, como un inmigrante alemán de nacimiento, trujillano de corazón.







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(1) Juan Armas. Guía de Trujillo 1935.
(2) Elías Alvarado Zañartu. Dos héroes olvidados: narraciones sobre la ocupación chilena. Trujillo, Imprenta Diocesana 1917.
(3) Jean Piel. El Capitalismo agrario en el Perú. I.F.E.A. Universidad de Salta 1995.
(4) El Perú. Antonio Raimondo. Tomo I Parte Preliminar. sociedad Geográfica de Lima. Imprenta del Estado 1874.
(5) FORMACION DE LAS HACIENDAS AZUCARERAS Y ORIGENES DEL APRA. PETER KLAREN. INSTITUTO DE ESTUDIOS PERUANOS 1976
(6) Diego Barros Arana. Historia de la guerra del Pacifico - 1881