viernes, 15 de noviembre de 2019

Germán Woldt


Muelle y dársena del Callao [fotografía] 1860 Colección Elejalde
Repositorio Institucional de la PUCP


Un interesante personaje durante la inmigración europea del siglo XIX en el Perú fue Hermann Woldt. Se le menciona en diferentes apartados de las "Colección de Leyes..." como traductor alemán asentado en el Callao que ayudó a los inmigrantes alemanes traídos por Damian von Schütz, también se le menciona en "Las relaciones entre el Perú y Alemania (1828-2012)" de Fabian Novak. Sin embargo es en el "Diario de Heinrich Witt" editado recientemente por Ulrich Mucke donde se hace un relato más completo de su personalidad y destino. Autoproclamado "Defensor de los alemanes" ayudó a muchos de ellos a realizar las reclamaciones diplomáticas sobre todo aquellos traídos por Antolín Rodulfo en 1852.

Hermann Woldt llegó a Perú alrededor de 1825 estableciéndose primero en Arequipa con un cargamento de mercancías para ventas, proveniente de una buena familia de Lübeck, luego se mudó a Lima donde estuvo trabajando como empleado de Federico Pfeiffer (comerciante alemán que tuvo un juicio contra Carlos Pflucker sobre los colonos alemanes que trajo a Morococha), viajó al interior en compañía de Federico Ottenheimer, un judío alemán vendedor de joyas, puso una tienda en Jauja, y se asentó en el Callao donde se desempeñó como traductor, agente portuario, sin llegar a tener demasiado éxito. Se casó el 14 de Diciembre de 1854 con Martina Cuba, en Lima, en la partida de matrimonio se menciona que sus padres fueron Miguel Woldt y Elisabeth Haak. 

Una curiosa anécdota nos la cuenta Witt en su diario:

"Lunes 12 de Octubre de 1846. Fui al Callao donde se requería mi presencia como Cónsul de Dinamarca. A bordo del carbo "Mathilda" proveniente de Hamburgo... un joven noble del Holstein llamado Detlev Schack von Brockdorf había llegada pero sin pasaporte, por lo que el capitán del puerto lo llevó al calabozo donde pasó la noche del viernes al sábado. Hermann Woldt, un alemán residente en el Callao, había obtenido su libertad bajo su responsabilidad, y ahora era mi trabajo examinar sus papeles, lo que hice y constatando su identidad le di mi certificado al capitán del puerto el cual se comprometió a expedirle un pasaporte para que pueda viajar a Lima..."

Woldt tuvo un infortunado accidente al tratar de subirse a un tren en marcha, como resultado del mismo sufrió la amputación de una pierna y durante su enfermedad y convalescencia se separó en malos términos con su esposa. El dueño de "El Comercio", Don Amunátegui lo acogió y ocasionalmente realizaba traducciones para el periódico. El 22 de Diciembre de 1875 falleció en Lima. Su último deseo fue ser enterrado en la Isla San Lorenzo (pese a que ya existía el Cementerio de Bellavista) sin ningún rito funerario, lo que se realizó tal cual según Witt (tomo 7, página 709-710). Como vemos, un inmigrante alemán honrado y sencillo que hizo lo que pudo por sus compatriotas en momentos difíciles.

Saludos cordiales
Eduardo Salazar




Fuentes:
- Las relaciones entre Perú y Alemania, Fabian Novak, PUCP 2012
- The Diary of Heinrich Witt, Ed. Brill, editado por U. Mucke 2015.



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